A nivel ideal, muchos emprendedores sueñan con observar la expansión de su negocio más allá de los márgenes iniciales. Sin embargo, después, en la práctica del mercado, surgen frenos que se convierten en barreras importantes. ¿Cuáles son las más frecuentes?
Miedo al cambio
Algunos emprendedores sienten que prefieren quedarse en ese punto en el que ya conocen la dinámica interna y externa del negocio antes que volver a asumir la gestión del estrés ante lo desconocido.
Falta de inversión
En relación con el presupuesto de una empresa, la expansión de un proyecto también requiere de recursos de financiación para implementar medidas adecuadas para este objetivo.
Errores de comunicación externa
La comunicación es importante para posicionar un negocio en el mercado. En este sentido, es un error dar la espalda al marketing digital o, también, priorizar este tipo de publicidad frente a otro tipo de fórmulas tradicionales si se trata de un negocio físico.
No motivar a los trabajadores
Es difícil que un emprendedor pueda hacer crecer su negocio en soledad, necesita contar con personas motivadas y comprometidas con ese objetivo laboral. Por ello, la propia empresa debe reforzar a los trabajadores a través de la formación, las decisiones efectivas de los recursos humanos o los planes de conciliación.
Falta de estrategia previa
Si un emprendedor quiere lograr la expansión de su negocio debe trabajar por esa meta incluso antes de que se materialice en la realidad. Por ello, debe tomar decisiones en presente que le acerquen a ese objetivo futuro. Para lograrlo, lo más importante es tener un plan estratétigo en el que se detalle la secuencia temporal de acciones a seguir.
A este respecto, un error también posible es el de la anticipación. Es decir, el de querer acelerar la expansión sin una consolidación previa del negocio en su sector.