La motivación crece en la medida en que una persona descubre las razones por las que merece la pena, llevar a cabo un proyecto. Por ello, como emprendedor, puedes fortalecer la seguridad en ti mismo y luchar contra el miedo, a través del descubrimiento de razones por las que vale la pena liderar un negocio. Aquí tienes algunas ideas que pueden servirte de ayuda.
En primer lugar, gozar de una gran libertad: eres tu propio jefe, tienes flexibilidad de horarios, tú tomas las decisiones más importantes de tu empresa, puedes sentirte mejor contigo mismo, capaz y competente. Por otra parte, tienes en tus manos la posibilidad de hacer aquello que te gusta y que te interesa. Muchas personas han dado el paso de ser emprendedoras después de tener mucho tiempo, agotadas de buscar trabajo en otras empresas con poco éxito. Es un verdadero privilegio poder llevar a cabo tu vocación.
Por otra parte, merece la pena abrir un negocio porque puede ser un proyecto muy rentable y positivo para ti. De hecho, puede convertirse en tu medio de vida y en tu forma de estabilidad económica a largo plazo. Por otra parte, intenta ser flexible ya que también puedes compatibilizar tu trabajo como emprendedor con tu función en otra empresa. Al menos, hasta que tu proyecto despegue y puedas sentirte más seguro de tener tu propia autonomía.
Además, también merece la pena abrir un negocio por la satisfacción interior que sientes cuando has materializado un sueño. Existen casos de proyectos que se han expandido a lo largo de los años a partir de un pequeño negocio. Por otra parte, como emprendedor, no existe rutina, cada día es diferente, existen nuevos retos, más obstáculos, nuevas satisfacciones… Para finalizar, intenta buscar dentro de ti mismo los motivos por los que te compensa ser emprendedor.