Cualquier profesional debe aspirar a superarse, a ser mejor valorado y a tomar decisiones importantes dentro de una compañía. Pero si con el paso del tiempo no logras ascender, lo mejor es plantearse otros destinos laborales. La vida profesional no termina en una empresa. No lo dudes ni un instante, no pierdas el tiempo, si promocionar en tu organización se convierte en una misión imposible habrá que plantearse nuevos horizontes laborales.
Pero para ascender primero debes demostrar que vales, comenzando por realizar un análisis pormenorizado de las capacidades y habilidades con las que contamos. Hazte estas preguntas: Cuáles son mis competencias, dónde puedo aportar valor y qué es lo que me mueve. Una vez tengas claro hasta donde puedes llegar, para alcanzar nuevas metas, vas a necesitar aprender algunos valores como el positivismo, la ambición, la proactividad y la innovación, pues todos ellos están vinculados con querer ir más allá, en crecer profesionalmente. La actitud es la base para intentar tener éxito en este avance. Pero no lo único.
Nunca debes perder el rumbo ni permitir que nadie te infravalore. Tampoco hay que ser excesivamente ambicioso, ni egoísta y evitar ser la sombra del jefe. Hay que ser prudente, procurar no hablar más de la cuenta y saber escuchar, porque sólo así se conocerá el funcionamiento de la compañía. También hay que tener claro si lo que se busca con este cambio es una promoción en materia salarial o responsabilizarse de nuevos proyectos que estimulen.
En el caso que consigas un ascenso, te enseñamos cómo actuar:
– Seguir trabajando con naturalidad y con la misma convicción que ha llevado a la empresa a reubicar a ese profesional en un puesto de mayor responsabilidad.
– Aportar savia nueva, propuestas e ideas innovadoras.
– Actuar con cierta prudencia al principio.
– Escuchar y empatizar con el nuevo equipo, así como hacerle partícipe de los objetivos comunes, llegando a consensuarlos con ellos a través de un mensaje claro, conciliador y motivador para producir un efecto balsámico en épocas de cambios.
– Antes de tomar decisiones drásticas (en términos de cambios de personas en los equipos) que pueden ser reconducibles, deben estudiarse todas las opciones posibles.
– Actuar con madurez y ser fiel a los principios, ser justo e intentar ganar autonomía.