La fase de crecimiento es muy importante en negocios y empresas. Hace referencia a ese momento que los emprendedores visualizan con tanta frecuencia en la etapa inicial del proyecto. Los frutos del trabajo realizado aportan sentido a la incertidumbre y el esfuerzo previo. Cuando el profesional quiere impulsar un periodo de crecimiento, desea que este proceso se consolide. Es decir, se materialice como una realidad estable. En Empresariados compartimos seis consejos.
1. Analiza la viabilidad de los cambios llevados a cabo
Las medidas impulsadas para afianzar el crecimiento producen consecuencias en la estructura interna de un negocio. Por ejemplo, la entidad debe contar con más recursos para atender un mayor volumen de pedidos. Es decir, adopta una mentalidad positiva ante los nuevos retos (pero ajusta tus expectativas si crees que son demasiado elevadas).
2. Reforzar los aciertos y aquellos aspectos que funcionan
El camino previo proporciona una información valiosa para impulsar la etapa de consolidación de una entidad. Es esencial contextualizar los aciertos y las variables que funcionan. Tal vez sea recomendable implementar algunos cambios para solucionar aquellas cuestiones que obstaculizan el desarrollo corporativo. Pues bien, las novedades se implementan sobre la base de aquellos detalles que aportan frutos positivos.
3. Campañas de marketing
Aunque el negocio experimente una línea ascendente, necesita dar a conocer su catálogo. Es decir, el marketing pone el acento en las ventajas y beneficios de los productos y servicios disponibles.
Las acciones llevadas a cabo conectan con los clientes potenciales, mejoran el posicionamiento online del negocio y fortalecen el nombre de la entidad. Cada campaña debe seguir una estrategia concreta para lograr objetivos que se contextualizan en una etapa de crecimiento. En definitiva, cuida la experiencia de cliente desde un enfoque integral.
4. Establecimiento de objetivos temporales
Desde la perspectiva actual puedes analizar el periodo de crecimiento que el negocio ha protagonizado. ¿Durante cuánto tiempo se ha desarrollado? ¿Qué puntos de inflexión se han materializado en ese contexto?
¿Qué hechos han creado un impacto positivo en la historia de la entidad? Del mismo modo, para fortalecer los cimientos de los éxitos previos, define los objetivos a corto plazo.
Pero amplía la planificación de futuro más allá de lo inmediato: ¿Qué propósitos a medio y largo plazo se presentan como un reto apasionante? El crecimiento sostenido en el tiempo no es fruto de la casualidad. La planificación y la estrategia son fundamentales para crear una entidad consciente.
5. Analiza todo el contexto
La fase de crecimiento se percibe como un proceso apasionante. Visualiza aquellos propósitos que quieres lograr. Alimenta tu autoconfianza por medio de la práctica de la atención plena. Pero no caigas en el plano de la idealización. Incluso cuando percibas factores favorables para alcanzar el éxito en el entorno, las amenazas y obstáculos forman parte del plan de acción.
Además, los cambios repentinos son habituales en un contexto incierto como el actual. Por tanto, diseña una estrategia práctica, pero flexible. Es recomendable que el guion esté abierto a la posibilidad de impulsar un concepto alternativo.
6. Fórmate para desarrollar nuevas habilidades
Un negocio en crecimiento requiere de más recursos técnicos y humanos. Por ello, amplía tu formación con cursos y talleres que te aporten un marco de referencia para aprender. La suma de habilidades y competencias es fundamental para tomar decisiones. Analiza tu currículum y alinea tu plan de formación con aquellas áreas en las que necesitas ampliar tu conocimiento.
¿Cómo consolidar una fase de crecimiento en el negocio a lo largo del año? Que una estrategia funcione ahora no implica que siempre dé buenos resultados. Por tanto, toma decisiones conscientes en la gestión de tu proyecto a largo plazo.