La capacidad de observación define uno de los rasgos que describe el perfil de un emprendedor que está en contacto con el entorno, con las nuevas oportunidades de negocio y con el aprendizaje. La observación dirige la mirada hacia diferentes aspectos que son inherentes al propio emprendimiento a largo plazo. Y, aunque cada profesional debe vivir su aprendizaje como protagonista irrepetible, puede reforzar su formación por medio de la capacidad de observación. ¿Pero cómo potenciarla e inspirarte para ponerla en práctica? En Empresariados compartimos cinco consejos.
1. Modelado
El modelado sirve de referencia para emprendedores que ya han dado el paso y, también, para profesionales que planifican el proyecto que quieren llevar a cabo. Incluso aquellas personas que no tienen una amplia experiencia en el mundo de los negocios pueden descubrir grandes ideas a través del contacto directo con su entorno inmediato. Por ejemplo, es posible observar habilidades y competencias esenciales en otros profesionales.
Las decisiones que afronta un emprendedor suelen estar muy vinculadas con la planificación, el análisis, la evaluación y los resultados. Sin embargo, el desarrollo de la observación no debe estar determinado por metas cuantificables. La observación es un proceso continuo.
2. La observación, clave en la experiencia de un viaje
Algunos emprendedores llevan a cabo distintos viajes de negocios que están motivados por razones profesionales. La estancia en un destino se transforma por completo a través de la observación directa de la vida comercial del lugar, la oferta de productos y servicios disponibles, las tendencias que destacan en el entorno y la experiencia de compra en los puntos de venta. Es decir, es importante estar verdaderamente conectado con el lugar y con el momento para desarrollar la capacidad de atención que es tan determinante antes, durante y después de llevar a cabo un emprendimiento.
3. Descubrir nuevas prioridades en los clientes
La capacidad de observación se desarrolla en un escenario muy cambiante. Y el propio proceso de cambio genera consecuencias que pueden dar lugar a nuevos proyectos en crecimiento. Por ejemplo, pon el foco en un sector concreto y explora otras necesidades que surgen en los clientes. Es importante que una idea viable se presente como una solución objetiva ante una necesidad.
4. Participa en espacios que alimentan el intercambio de conocimiento
La observación también puede desarrollarse en el encuentro con otros profesionales. Por ello, los cursos de formación, los eventos para emprendedores, los congresos especializados y las actividades de networking representan una gran oportunidad para personas que quieren identificar tendencias, detectar oportunidades, comprender procesos, desarrollar su liderazgo y cultivar su talento.
Por tanto, si quieres practicar la capacidad de observación, abandona la zona de confort (puedes hacerlo de manera gradual por medio de experiencias sencillas). Dialoga con la realidad, busca nuevas respuestas a partir de preguntas diferentes… Descubre el entorno tal y como es, intentando no condicionar la observación con expectativas y estereotipos. Aquellas experiencias o iniciativas que te llevan más allá de lo cotidiano, alimentan la curiosidad. Y este ingrediente está muy vinculado con la atención y la observación.
5. Entrenar la atención plena antes y después de emprender
La capacidad de observación crece por medio del desarrollo de la presencia consciente. Los ejercicios de atención plena pueden ser valiosos para diferentes personas. Algunos emprendedores la practican a lo largo de la semana a través de pequeñas rutinas como, por ejemplo, observar con calma un paisaje.
Por ello, el contacto con la naturaleza favorece el desarrollo de la iniciativa, el comportamiento proactivo, el bienestar, la creatividad y el asombro. También eleva la introspección y la reflexión sobre la felicidad personal. En definitiva, es una propuesta que enriquece la mirada.