Una idea de negocio es el principio de un proyecto. La idea muestra la parte de inspiración inicial que se convierte en el motor material de un proyecto. Sin embargo, antes de avanzar en la creación de un negocio es muy importante profundizar en dicha idea para poder hacer revisiones, adaptarla a la realidad e incluso, rechazarla.
¿Cuál es tu público objetivo?
Tu idea de negocio puede parecerte extraordinaria pero para que tu negocio sea rentable también tiene que despertar el interés de potenciales compradores: ¿Existe un público objetivo en la zona en la que quieres montar el negocio que pueda estar interesado en esta idea porque ofrece un servicio valorado por los clientes?
¿Estoy preparado para llevar a cabo el proyecto?
No solo se trata de analizar la idea de negocio sino también, de evaluar tu propia capacidad como emprendedor para analizar si estás preparado para sacar adelante el proyecto. Por ejemplo, puede que el negocio implique una capacidad técnica de la que careces, en cuyo caso, podrías valorar la posibilidad de compensar esa carencia a través de la formación o contratar a un profesional para que se encargue de esa tarea.
Elabora una lista de las capacidades que debe de cumplir el emprendedor ideal en dicho negocio y después, ponlas en relación con tu currículum para poder hacer una correcta autoevaluación de todo aquello que implica tu idea de negocio.
Presupuesto para montar el negocio
La idea de negocio como concepto mental adquiere unos matices distintos cuando se materializa en la realidad. Es positivo reflexionar sobre el presupuesto necesario para montar el proyecto. En cuyo caso, debes de valorar tus propios recuersos a partir de distintas vías de financiación.
Un proyecto a largo plazo
Una idea de negocio no es un capricho sino un proyecto con el que comprometerte a largo plazo: ¿Te visualizas a ti mismo realizando esta tarea durante los próximos cinco años?