Existen negocios que se clasifican como estacionales de un modo general, por ejemplo, una heladería es un negocio estrella durante el verano. Sin embargo, la estacionalidad es una característica universal de todas las empresas. ¿En qué consiste exactamente y cómo puedes identificarla?
Aumento de la demanda
En el calendario anual, cuando observas el historial de ventas de los productos y servicios de la tienda, puedes ver cómo existen periodos en los que se produce un incrmento considerable en el consumo. Estos periodos estacionales pueden agrupar varios meses, por ejemplo, el verano es un momento estacional para el sector servicios, pero también puede producirse en periodos más breves durante el resto del año, por ejemplo, fines de semana.
Lo particular de la estacionalidad es que el incremento de la demanda se produce de manera previsible, es decir, cada año se repite el mismo esquema (aunque el nivel de ventas sea diferente de un periodo a otro). Gracias a ello, los emprendedores se preparan para hacer frente a esos momentos comerciales en los que es frecuente que se produzca un incremento de contrataciones.
Contexto social
Para identificar la estacionalidad de tu negocio tienes que poner en relación tus productos y servicios con el propio contexto social ya que, en función de las propias circunstancias del momento, el interés será mayor o menor por parte del público objetivo. Por ejemplo, una tienda que vende productos de calefacción encuentra en el invierno una buena oportunidad para las ventas porque es en esta estación cuando la necesidad del consumidor se centra en esta cuestión.
Sin embargo, la gestión de un negocio no puede centrarse únicamente en la estacionalidad puesto que el éxito se mide en el día a día. Por esta razón, conviene poner en constante relación el ciclo anual con aquellos periodos en los que se espera un incremento en las ventas.