El pequeño comercio se enfrenta al gigante de las grandes superficies. Sin embargo, es muy importante que el pequeño comercio tome conciencia de que existe una gran cantidad de público objetivo que valora especialmente realizar las compras en las tiendas de barrio donde la cercanía en el trato es el principal valor. Sin embargo, el primer paso para que el pequeño comercio pueda competir con el grande es actualizar la infraestructura, por ejemplo, dar el salto a la venta online.
Consejos para impulsar el pequeño comercio
Pero además, otra de las estrategias más importantes para dar fuerza a un negocio pequeño es el asociacionismo. Es decir, formar parte de la Asociación de Comerciantes del Barrio que impulsa campañas comerciales e iniciativas en las que, al participar, el negocio también incrementa su marketing.
El trato personalizado hace que la experiencia de compra sea mucho más agradable y este valor es un plus para fidelizar clientes. Así ocurre cuando, un cliente termina haciendo día tras día una gestión en un local determinado. No se siente un cliente más sino alguien único.
Los beneficios de la tarjeta de cliente que permite a los compradores acceder a mejores precios son una ventaja añadida para incrementar el ahorro en el consumo. La diferenciación por precio es una de las mejores estrategias para mejorar el posicionamiento del pequeño comercio frente a las grandes superficies.
Valores del pequeño comercio
El pequeño comercio es una estructura esencial de la vida del barrio gracias al refuerzo de lo local. Al ser núcleos de los barrios, estos negocios también se convierten en punto de encuentro de los vecinos mientras realizan sus gestiones diarias. Por tanto, el comercio de barrio puede reforzar sus ventas a través de un marketing emocional. Muchos de los negocios de barrio son proyectos familiares que incluso pasan de una generación a otra.