Existe una situación bastante real que tienen muchas personas al terminar la universidad. Y es la de sentir que en realidad, los estudios no tienen una aplicación práctica muy importante. Esto se debe, simplemente, a que muchas carreras están enmarcadas en un contexto muy teórico y reflexivo. Este es el caso, por ejemplo, de la filosofía. Por otra parte, analizando los cambios de la sociedad laboral actual en donde encontrar trabajo es un reto más difícil que hace unos años, es fundamental potenciar el espíritu emprendedor en los alumnos desde la universidad.
Se trata de informar a los alumnos sobre las diferentes salidas que pueden tener a nivel profesional o también, sobre los estudios que pueden realizar para completar su currículum y orientarse hacia un campo en concreto. Es importante crear redes de emprendimiento que puedan servir de apoyo para que los más jóvenes puedan ganar seguridad en sí mismos a la hora de afrontar el reto de emprender y crear su propio negocio. Además, también se deben de potenciar las prácticas en la carrera para que los jóvenes puedan aprender de la experiencia práctica.
Durante mucho tiempo se ha orientado mucho más a los alumnos hacia la idea de preparar una oposición que hacia la idea de montar su propio negocio. Sin embargo, es importante entender que el emprendimiento también se convierte en una alternativa al desempleo actual. Hace falta mucha creatividad y también, mucha ilusión para poder elaborar un proyecto. Sin embargo, ningún momento es tan propicio para poner en práctica la ilusión personal como ese instante en el que una persona abandona la universidad con todo su futuro por delante.
Los alumnos desde la universidad pueden formarse en temas para emprendedores a través de la lectura de libros, la asistencia a charlas de esta temática y la lectura de libros para emprender.