El éxito se define por acciones concretas. Cualquier emprendedor ha logrado en algún momento de su carrera un logro importante. Tomar como punto de referencia un éxito que supuso esfuerzo es un buen punto de partida para poder modelar nuevamente los pasos que conducen a un nuevo éxito. Es decir, el triunfo también es un aprendizaje basado en la acumulación de decisiones correctas. ¿Cómo repetir los pasos que te conducen al éxito?
Define tu éxito
En primer lugar, define tu éxito de una forma temporal, concreta y medible: ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Cuándo sucedió? Además, también es muy importante que analices los pasos previos que te llevaron hasta esa meta: ¿Qué plan de acción seguiste para alcanzar tu meta? ¿Qué grado de implicación tuviste con tu objetivo?
Analiza tu grado de implicación: en un porcentaje de 0 a 5 analiza cuál fue tu grado implicación con esa meta. ¿Qué hiciste para estar tan motivado? ¿Cómo podrías alcanzar a día de hoy ese grado de implicación con un objetivo importante para ti?
Pensamiento detrás de un éxito
La enseñanza que se esconde detrás de un éxito no tiene valor analizada en sí misma sino que es muy importante que la persona analice el pensamiento que se esconde detrás de ese éxito. Tomar conciencia de las ideas que abundan en la mente en ese momento ayuda a tener mejor control mental.
En el libro escrito por Patricia Ramírez titulado Entrénate para la vida, la autora da las claves en relación con aquello que diferencia a una persona feliz de aquella que no lo es: «Las personas felices lo son no porque tengan más que los demás sinio porque su atención está puesta en lo más importante». El camino al éxito como tal es un entrenamiento que consiste en reforzar las fortalezas y potenciar las áreas de mejora.
Sentimiento que se esconde detrás de un éxito
Así como es importante que la persona se pregunte por el pensamiento que existe detrás de un éxito también es aconsejable analizar cuál es el sentimiento que se esconde detrás del mismo: ¿Cómo te sentiste antes de lograr un reto importante en tu vida? ¿Qué sensaciones tuviste después? Elabora una lista con los sentimientos del antes y el después para observar cómo cambia la perceción de la realidad en función del momento y cómo los miedos pueden interferir de una forma negativa en la fase previa de la consecución de una meta.
Lo importante es incidir sobre el plano del pensamiento para modificar un sentimiento y así afrontar de una forma más constructiva un éxito.
¿Qué fortalezas has adquirido?
Todo éxito alcanzado aporta nuevas fortalezas que preparan a la persona de una forma más efectiva para futuros logros. Identifica cuál es el logro más importante de tu vida profesional: ¿Qué herramientas te dio ese momento que no habías adquirido hasta entonces? ¿Cómo puedes hacer el mejor uso de esos recursos?
Reflexionar en profundidad sobre qué pasos has dado antes, durante y después de un éxito profesional importante te hace tomar conciencia de qué acciones son valiosas y cuáles no. Pero especialmente, cuando trabajas a nivel de coaching en tus éxitos personales tomas conciencia de que las cosas no pasan porque sí sino que el porcentaje principal de suerte depende del propio esfuerzo y de una planificación correcta.
Para simular un éxito también puede ser positivo contar con un mentor para establecer una relación más a largo plazo que la que existe habitualmente entre un coach y un coachee durante un proceso. Alcanzar un éxito no es más que lograr un objetivo. En ocasiones, es positivo buscar un apoyo externo.