Estar al frente de un equipo es una labor muy compleja. Si una familia formada por pocos miembros muestra cómo cada ser humano es distinto entre sí, una empresa también muestra que cada trabajador tiene unas necesidades distintas. Asumir el papel de atender a la diferencia implica dedicar tiempo al trato humano y ser observador. ¿Cómo ser un buen jefe de equipos?
Cumple con tu trabajo
En una empresa, tanto el jefe como los empleados cumplen con su función de acuerdo a su rol. El jefe tiene que saber mandar ante todo. El primer paso para ser un buen jefe de equipos es realizar tu trabajo sin delegar en terceras personas asuntos que son propios. Un buen jefe es aquel que no se cree en posesión de la verdad absoluta por ocupar ese puesto. Es un jefe que dialoga y no hace responsables a los demás de sus propios errores. En ocasiones, un buen jefe tendrá que mediar en un posible conflicto en el equipo. Para ello, buscará los puntos de encuentro como punto de unión para poder abordar las diferencias.
Reconoce el lado positivo
El buen jefe es aquel que corrige a un empleado pero también, aquel que elogia su trabajo bien hecho y que incluso, sabe premiarlo y reconocerlo. Cuando un jefe solo corrige a un empleado en sus errores, poco a poco, la motivación cae porque el empleado siente que por mucho que se esfuerce nunca es suficiente.
Tiene las ideas claras
No hay peor guía que aquel que no sabe a dónde va y arrastra en su improvisación a todos los demás. Un buen jefe de equipos es aquel que tiene claras sus metas y se dirige a ellas con seguridad y confianza. Un buen jefe es aquel que conoce mejor que nadie su negocio y como tal, sabe qué es lo conveniente.