En la vida de todo trabajador, existe un primer día de experiencia laboral. Pero por supuesto, esa primera vez vuelve a repetirse siempre que alguien se incorpora a una empresa y tiene que empezar de nuevo. ¿Cómo superar la prueba con éxito? En primer lugar, pensando que si has sido contratado, ya has hecho lo más difícil en tanto que has superado el proceso de selección previa.
Por tanto, siéntete afortunado y potencia esta sensación de fortaleza interior para ganar seguridad en ti mismo. Por otro lado, no olvides que muchas veces, la primera impresión es la que cuenta, por ello, cuida todos los detalles y tu comportamiento. Toma la iniciativa de presentarte con naturalidad a los compañeros de trabajo. Un detalle aconsejable es que cuanto antes, intentes memorizar los nombres de aquellos con los que vas a trabajar. Por otro lado, teniendo en cuenta que empiezas de nuevo, deja de lado cualquier sentimiento de rivalidad o de celos.
Deja que las relaciones de compañerismo crezcan de una forma gradual y natural. Es decir, no quieras forzar las cosas de una forma artificial. La confianza no se impone sino que se crea a través del conocimiento. Desde el primer día de trabajo debes ser una persona muy observadora para fijarte bien en qué hacen los demás. De este modo, también podrás aprender y cumplir con tu función de una forma eficaz.
No olvides que todo cambio, implica un proceso de adaptación. Por tanto, sé flexible contigo mismo porque los demás, incluso, tu jefe, también lo será. Nadie espera que un trabajador rinda al máximo el primer día en su nuevo puesto. Cuida mucho tu actitud, intenta mostrar ganas de aprender, motivación y espíritu positivo. Son cualidades que hoy día, se valoran mucho dentro del mundo de la empresa. Disfruta con aquello que haces porque cuando tú disfrutas los demás, lo notan.