El peso de un fracaso aumenta cuando la persona se identifica plenamente con la razón de la derrota. En ese caso, la autoestima y la seguridad en uno mismo también pueden llegar a debilitarse. ¿Cómo volver a emprender tras una experiencia negativa previa?
1. Planifica el contexto del emprendimiento
No puedes controlar todos los factores que intervienen en la evolución de la idea. Sin embargo, la experiencia previa sí te aporta información de valor para realzar los aciertos y evitar los errores anteriores. Planifica el objetivo que quieres lograr.
2. Reduce el nivel de riesgo
La percepción del riesgo es más realista tras haber vivido un fracaso previo. La incertidumbre está presente en la experiencia del emprendimiento. Sin embargo, conviene limitar su influencia hasta un grado en el que te sientas cómodo. De lo contrario, aumenta la sensación de vértigo ante el miedo al fracaso.
3. El fracaso es una opción, pero no la única
El miedo a la derrota pone el foco en aquel hecho que quiere evitarse. Sin embargo, es un tipo de temor que conduce a una visión reduccionista de la realidad. Existen otras posibilidades que van más allá del fracaso. Recuerda que también puedes conseguir metas significativas.
4. Observa el lado positivo de ese temor
La parte negativa del miedo al fracaso es que puede llegar a paralizar a quien se siente desbordado por emociones desagradables. Pero es un temor que puede afrontarse con inteligencia emocional e introspección. Recuerda que también tiene una función positiva. Por ejemplo, puede ayudarte a ser más prudente con los riesgos que asumes en esta nueva etapa.
5. Amplía tu aprendizaje
Y lee biografías de emprendedores que volvieron a intentarlo después de un fracaso. La referencia vital de otras historias puede ayudarte a poner en perspectiva los objetivos no cumplidos. Puedes darte una nueva oportunidad profesional como hacen cada día tantas personas.