El trabajo está vinculado en muchos entornos con la presión. Y es que, se trabaja bajo la presión del rendimiento y de la productividad. En algunas profesiones, la presión es más real que nunca en ciertos momentos. Por ejemplo, cuando el dependiente de una tienda debe atender a una lista considerable de clientes en pocos minutos. ¿Cómo poder dar lo mejor de ti mismo sin que la presión limite tu capacidad?
En primer lugar, la práctica es un factor a tener en cuenta, es decir, en la medida que te acostumbras también adquieres la capacidad de tolerar mejor la presión. Sin embargo, conviene encontrar vías de escape para poder liberar esta emoción. En este sentido, el ejercicio físico es un remedio excelente que te ayuda a cambiar el estado de ánimo, te aporta energía, sentido del humor y alegría. Por otra parte, las relaciones sociales en el tiempo de ocio son el mejor remedio para combartir el estrés que surge de la presión laboral. Y es que, la libertad es todo lo contrario, a dicha presión.
Por otra parte, intenta alejarte en la medida de lo posible de los factores externos. Tómate el tiempo que necesites para hacer las cosas bien. Es mucho mejor hacer algo bien aunque tardes más, que hacerlo deprisa y en cambio, de una forma ineficaz. Pide ayuda en el momento que la necesites, por ejemplo, a un compañero de trabajo con el que tienes confianza.
Aprovecha el tiempo cada día en la oficina. No sirve de nada meter más horas de las necesarias de una forma prolongada, ya que en ese caso, la sensación de presión aumenta. Y es que, la gran mayoría de los trabajadores que trabajan más horas en la empresa, no se sienten reconocidos por su esfuerzo.