Que la realidad se manifieste a través del ahora no significa que en la iniciativa del emprendimiento no pueda ser conveniente aplazar este momento para el futuro. Lo verdaderamente relevante, en este caso, es tener una razón concreta para ello. Una razón que sea objetiva y específica. ¿Cuándo posponer el momento de emprender? A continuación enumeramos algunas posibles situaciones.
Cuando este tiempo de espera forma parte del proceso
Puedes observar este margen de tiempo como una oportunidad para formarte en algún aspecto relevante de la gestión del negocio, conocer mejor el sector en el que vas a emprender o analizar distintas fuentes de financiación para el proyecto… Posponer el momento de emprender no significa caer en el efecto de la evitación.
Cuando este no es el mejor momento para ti
Puedes observar el tiempo desde distintos puntos de vista. La situación actual del mercado te aporta información sobre las oportunidades de emprendimiento. Pero más allá de este plano exterior que es tan importante, también es positivo que tengas en cuenta cuál es tu momento. Y pueden darse distintas circunstancias por las que un potencial emprendedor prefiera aplazar este momento porque es consciente de que este no es el mejor instante para ocuparse de este proyecto.
¿Cuándo posponer el momento de emprender? Cuando observas esta idea en tu proyecto profesional desde la perspectiva de la potencia y no del acto inmediato.
Cuando las dudas te desbordan
Tener dudas en cualquier etapa del emprendimiento es algo natural, sin embargo, si te sientes desbordado por la inseguridad y los interrogantes, es positivo que reflexiones al respecto. En ese caso, es probable que necesites este tiempo para aclarar cualquier cuestión antes de tomar tu decisión final.
Tener pocas dudas pero importantes puede ser suficiente para aplazar este momento o descartar esta posibilidad de manera definitiva.