Un profesional que trabaja como freelance recibe distintas propuestas de colaboración para realizar proyectos de trabajo concretos. Es importante analizar cada proyecto para valorar si este proyecto es asumible o, por el contrario, la mejor decisión es declinar amablemente la propuesta. ¿Cuándo decir no a un proyecto de trabajo?
Cuando no te sientes capacitado para la tarea
Es muy importante ser honesto con uno mismo y también, con el cliente. Cuando un profesional acepta un proyecto para el que no se sientes cualificado aumenta su nivel de estrés. Corre el riesgo de que al entregar un trabajo de baja calidad, un cliente insatisfecho realice una propaganda negativa de la empresa de acuerdo a su experiencia.
Plazos de tiempo
Al analizar un proyecto no solo es importante analizar la tarea sino también, el plazo que ha concretado el cliente para su realización. Si sientes que no puedes cumplir con los plazos de finalización del proyecto porque resulta incompatible con otros proyectos que tienes comprometidos, entonces, es esencial priorizar si comentando este dato con el cliente no puede dar mayor margen en los periodos de tiempo establecidos.
En este contexto, también es fundamental valorar los recursos disponibles en la empresa para la realización de encargos. Tener experiencias negativas previas con un cliente también es un indicio que conviene valorar ya que dicha experiencia podría volver a repetirse con la misma persona o con otra.
Un presupuesto que no se ajusta a tus tarifas
Es positivo ser flexible para poder negociar las tarifas de ciertos proyectos de trabajo de un volumen importante. Sin embargo, también es un signo de inteligencia emocional decir no a un encargo que está muy por debajo de tus tarifas habituales ya que además, el cliente que solicita un presupuesto más bajo busca la misma calidad que quien más paga. Por tanto, el nivel de exigencia en la tarea no se reduce.