Muchos profesionales comienzan la nueva etapa después del verano con la motivación de estudiar un máster. Esta decisión es importante. Puedes consultar una amplia oferta de programas. ¿Qué errores conviene evitar?
Ausencia de objetivo
Aquel estudiante que inicia este plan de acción teniendo claro cuál es el objetivo que desea alcanzar con la implicación en este proyecto, tiene una visión más nítida de este escenario que el caso contrario de quien desconoce este objetivo. Puedes tener un objetivo inmediato pero también una meta a largo plazo.
Contextualizar la decisión únicamente en el presente
Realizas la matrícula en el máster en el tiempo presente, sin embargo, puedes poner en relación la decisión de la especialidad desde la vinculación con la trayectoria previa del itinerario vivido hasta el momento. A su vez, también puedes poner en relación tu elección actual con el proyecto de futuro que deseas escribir. Por tanto, amplía tu perspectiva del presente con la referencia a estos otros escenarios del tiempo que forman parte de la línea de la vida.
Dar más importancia al título que al conocimiento
El título acredita el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje en el máster. Pero lo verdaderamente relevante es que el protagonista se concentre en el proceso, es decir, en el conocimiento asimilado en las clases mediante la combinación de una metodología que tiene componentes de teoría y práctica.
Falta de investigación previa
Tienes más posibilidades de elegir un máster que te acerca a tu objetivo cuando previamente te has tomado el tiempo necesario para investigar distintas propuestas atendiendo a distintos factores. La metodología, el tiempo de duración del máster, el precio de la matrícula, los requisitos de acceso, el equipo docente, las salidas profesionales… Prescindir de este tiempo de planificación previa puede hacer que tomes una decisión precipitada e inesperada en la cuenta atrás.