El poder es un concepto que está muy vinculado con la influencia. En el ámbito empresarial, el poder puede situarse sobre la base de distintos factores.
El poder de experto
Es aquel tipo de poder que tiene alguien a través del reconocimiento a su conocimiento. No es uno mismo quien se atribuye realmente el mérito de ser especialista, sino que el apelativo de experto es tal cuando los demás observan en ese alguien esa autoridad para hablar con criterio de un tema determinado. En el ámbito de la empresa, este hecho también refuerza la voz del protagonista.
El poder legítimo
Dentro del organigrama de la empresa existen distintos puestos que muestran su vinculación entre sí. Aquellos puestos que se sitúan en lo más alto de la pirámite representan este tipo de poder que la persona posee por estar ligada a ese puesto de trabajo. Mientras que el conocimiento del experto no depende tanto del puesto de empleo desempeñado porque el saber se encuentra en la mente del protagonista, este tipo de poder sí está muy vinculado al contexto. Si se produce un cambio en la estructura, este poder también cambia.
El poder de recompensa
Este es otro de los métodos de influencia más vinculados en las organizaciones. Una influencia en forma de premio que solo puede ser practicada por aquella persona que tiene la autoridad para ello. Es decir, es alguien que puede asumir el compromiso de sus palabras. Dentro de este tipo de poder se enmarca, por ejemplo, la propuesta de un incremento de salario económico o emocional.
El poder coercitivo
En oposición a la perspectiva del premio, nace la visión del castigo. En su forma más elemental, este tipo de influencia surge del propio temor que un trabajador puede tener a ser despedido como consecuencia de una acción determinada.