Las razones que pueden llevar a una persona a emprender un negocio son muy personales y específicas. Detrás de cada emprendedor existe una historia. ¿Cuáles son los cuatro perfiles de emprendedores más frecuentes en el contexto actual? Uno de los más habituales es el del emprendedor convencido, aquel autónomo que toma la iniciativa de materializar un proyecto que ha visualizado en su mente en muchas ocasiones. Este tipo de emprendedor siente que montar su negocio es una misión importante en su vida, es decir, conecta su propio negocio con su propia realización personal.
El emprendedor por azar
En oposición al tipo de emprendedor vocacional también se encuentra el perfil de aquellos profesionales que motivados por las circunstancias externas, han valorado la posibilidad de montar un negocio como un posible plan B en su carrera profesional. Una opción en aumento en un contexto de crisis marcado por una menor oferta de empleo. Algunas personas que nunca habían imaginado que en algún momento montarían un negocio, han probado suerte en este ámbito.
El inversionista
Un emprendedor inversionista es aquel que tiene una buena intuición en el ámbito de los negocios y busca invertir en negocios que pueden darle una rentabilidad importante. El emprendedor inversionista es aquel que aporta capital para que nuevas empresas salgan adelante. Son profesionales que arriesgan por aquellos proyectos en los que creen y también, ofrecen asesoramiento práctico.
El experto
En el ámbito del emprendimiento, también destaca el talento de aquellos profesionales que se han especializado en un tema muy concreto y consideran que la consecuencia directa de esta especialización es el emprendimiento. Por ejemplo, muchos psicólogos emprenden al montar su propia consulta de psicología y consideran que esta decisión es la más lógica de acuerdo a su formación y a sus opciones de trabajo. El experto valora su conocimiento como una inversión muy importante del propio negocio.