El emprendimiento es una experiencia que no tiene edad. Es decir, cualquier persona puede, desde su perspectiva vital, poner su conocimiento y experiencia al servicio de una idea de negocio a la que quiere dar forma. Existe una edad que produce cierto vértigo cuando se trata de desempleo: 50 años. El edadismo, es decir, la discriminación por edad todavía está presente en los procesos de selección. ¿Por qué razones puedes emprender después de los 50?
Reinventarte a nivel profesional
Si llevas un tiempo buscando trabajo y no se han abierto nuevas puertas, puedes valorar la posibilidad del autoempleo como un plan principal a partir de ahora. Reinventarte significa abrir nuevas puertas para integrarte en el contexto laboral con un plan de trabajo.
Recursos económicos para invertir
Cada vez existen fórmulas más económicas para emprender. Y a su vez, es frecuente que a los 50 años una persona tenga más recursos de ahorro que un emprendedor joven. Estos ahorros también aportan una mejor posición para emprender sin tener que solicitar un crédito.
Ahora o nunca
La edad te hace más consciente de un hecho inevitable en la vida laboral; el paso del tiempo. Desde esta perspectiva, los 50 años te hacen tomar conciencia de que este es el instante preciso en el que puedes materializar tu sueño de emprender. Si no es ahora no será nunca porque aplazar la idea de emprender para más adelante convierte esta posibilidad en poco realista.
Relativizar el miedo
La edad también te ayuda a relativizar muchos de los miedos que condicionan al emprendedor. Por ejemplo, el temor al fracaso. Emprendes con prudencia pero no te dejas paralizar por aquello que puede salir mal. A lo largo de tu vida has conocido muchas historias de emprendedores. Y algunas de ellas son las que te han inspirado el poder de lo posible si se trabaja con esfuerzo por ello.