El marketing es un arte fascinante en la medida que disfrutas con él. Para ello, no sólo debes centrarte en los resultados sino también, en el proceso de creación de ideas. Promocionar una empresa es una labor de equipo. Por ello, empieza a dar a conocer tu empresa en tu círculo más cercano. Si tus amigos y tu familia son capaces de entender la idea de tu negocio, entonces, ten por seguro que los potenciales clientes también lo harán.
Sin embargo, en caso de que tus amigos tengan una idea confusa sobre tu empresa, está claro que debes hacer algunos cambios en la presentación de la misma. Realiza esta presentación en base a algunos valores: honestidad, sinceridad y respeto. De forma lógica, algunos clientes se sienten estafados por una empresa que promete algo que no cumple.
Si observas los anuncios de publicidad que se emiten en televisión podrás ver que hoy día, las historias personales se convierten en una forma positiva de conectar con el cliente. Sencillamente, porque a través de un testimonio también se generan valores y emociones. Las personas ya están tan acostumbradas a la publicidad que no se enamoran de una forma inmediata de un producto.
De hecho, cuando recibes publicidad sobre una empresa, de entrada, te haces muchas preguntas. Pues bien, como empresario, debes solucionar esas inquietudes en dicha promoción aportando ejemplos de tu trabajo para poder mostrar que eres eficaz en tu área. Es importante evitar la publicidad agresiva, esa en la que el cliente prácticamente, se siente obligado a comprar. Sencillamente, es mejor aportar los valores de escucha activa que favorecen el sentimiento de libertad en el posible comprador. A nadie le gusta sentirse presionado a la hora de comprar. Además, es positivo mantener el contacto con los clientes, por ejemplo, a través de una newsletter.