La eficacia es un ingrediente muy valorado en el plano laboral que implica la capacidad de un trabajador de hacer sus gestiones del mejor modo, en el tiempo justo y necesario. Por ello, el perfeccionismo extremo, va en contra de la eficacia, en tanto que al final, el perfeccionista invierte demasiado tiempo por pura inseguridad, en un asunto determinado. Tampoco rinde de la forma adecuada, el conformista. Como siempre, la clave del éxito reside en el equilibrio. En la crisis, también ha aumentado la idea de la presencia en el trabajo. Es decir, muchas personas pasan más tiempo del debido en su puesto laboral fuera del horario de trabajo.
¿Cómo potenciar la cultura de la eficacia en la empresa? En primer lugar, haciendo especial hincapié en la organización del tiempo. Por ello, cada trabajador tiene que tener una agenda con objetivos que cumplir cada día. Además, también puede eliminar tiempos muertos en su jornada para invertirlos de una forma adecuada. Cualquier trabajador puede participar también en cursos de formación sobre cómo gestionar el tiempo de una forma efectiva.
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