Aprender a obedecer


En apariencia, se considera que mandar resulta una labor sencilla y que cualquier persona tiene competencia para realizar dichos mandatos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Para que una empresa funcione, es necesario que el jefe tenga la capacidad de dirigir. Y a su vez, también es indispensable que un trabajador asuma su rol. Es decir, obedezca con naturalidad en el día a día. Se trata de cumplir con la jerarquía que da lugar a una empresa.

Un negocio en el que manda más un empleado que el propio jefe no está bien estructurado. Por ello, no es bueno identificar el rol de obediencia con el sentimiento de inferioridad que tienen algunas personas que consideran que nunca pueden decirle al jefe aquello que piensan en realidad. En la vida laboral y en la empresa, también se valora la sinceridad y la honestidad. Que existan entornos poco ideales no significa que todas las empresas sean así. Por tanto, céntrate en los valores humanistas del trabajo bien hecho.
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