La empresa es una entidad con muchos aspectos materiales y visibles. Por ejemplo, el local, los recursos económicos, los empleados, los productos que se venden, los clientes… Sin embargo, detrás de toda empresa existe otra parte más emocional que es el suelo sobre el que se sustentan los pilares de cualquier proyecto: los valores reflejan la ética de una empresa. La ética es la ciencia que versa sobre el obrar correcto y está claro que cualquier empresa debe tener la honestidad y el trabajo bien hecho como motor de fondo.
Pero además, integrar la ética dentro del mundo empresarial y de los negocios ayuda a dar importancia a la persona y al trabajador. En este sentido, el humanismo se refleja de forma notable en el mercado laboral gracias a la importancia que están cobrando los cursos sobre resolución de conflictos, técnicas de negociación, autoestima, habilidades sociales, técnicas de comunicación… Por otra parte, el coaching también es una tendencia al alza que ayuda a potenciar al máximo el valor de lo humano y del talento en el ámbito laboral.
El mejor modo de enseñar valores éticos es a través del ejemplo. Por ello, igual que cualquier padre se convierte en el mejor referente para sus hijos, un buen jefe es aquel que actúa de un modo ejemplar ante los empleados. La ética no tiene que ver con la apariencia sino con la autenticidad. Por ello, el comportamiento ético puede ser el sello de identidad de una empresa con valor de futuro. Algunos jefes cometen el error de exigir algo que ellos mismos no ofrecen.
Y es que, incluso los clientes pueden conectar con los valores que transmite dicho proyecto porque se sienten identificados. Los valores más importantes son aquellos que conectan con la perfección de la excelencia. Por ello, debes integrar la ética no sólo en tu vida personal sino también, laboral.
OTARIOS PAKA