Muchos emprendedores se preguntan sobre qué herramientas pueden utilizar para reforzar su marca personal logrando una coherencia entre aquello que quieren comunicar y aquello que perciben los demás. Todo emprendedor deja una huella. La marca personal tiene su base principal en el autoconocimiento. Para profundizar en este objetivo es positivo utilizar la ventana de Johari como ejercicio que permite tener una visión más objetiva de uno mismo.
Esta ventana, engloba cuatro apartados diferenciados. En el primer cuadrante, se sitúa la esfera pública, esa información que tú conoces de ti mismo y que los demás también conocen. Por ejemplo, el currículum profesional de un emprendedor forma parte de la esfera pública. El networking también muestra este tipo de intercambio de información.
La parte ciega de la ventana de Johari
En el segundo cuadrante de la ventana de Johari se sitúa una parte ciega que está marcada por aquella información que los demás perciben desde el punto de vista externo y que, sin embargo, uno mismo desconoce. Esta información es valiosa puesto que tiene que ver con la imagen que un emprendedor proyecta en los demás. Desde este punto de vista, las críticas constructivas, las sugerencias de mejora y las observaciones externas pueden aportar un conocimiento complementario muy importante. Los cursos de formación aportan un reciclaje continuado.
El tercer cuadrante muestra una zona oculta que recoge información que una persona quiere ocultar ante los demás a nivel profesional. Por ejemplo, las inseguridades, los miedos y los puntos débiles.
La zona desconocida de la ventana de Johari
La ventana de Johari finaliza con una zona desconocida. En este apartado se clasifican aquellos talentos, defectos, comportamientos y virtudes profesionales que el emprendedor todavía no ha descubierto y que los demás también desconocen. Una zona que muestra que por mucho que un emprendedor crea conocerse bien a sí mismo, todavía le queda mucho por descubrir de sí mismo.