Las características de todo emprendedor


Ser emprendedor no es nada sencillo, aunque en épocas de incertidumbre se postula como una buena alternativa laboral. El emprendimiento requiere mucho esfuerzo, sacrificio, motivación y conocimiento. Lo cierto es que los verdaderos emprendedores no dejan de serlo ni de hacerlo en ningún momento de su carrera. Son individuos que viven su profesión pensando en el cambio de forma constante, que saben que la transformación colectiva e individual es necesaria para sobrevivir, que se adaptan entendiéndola como la manera de seguir vivos. Adaptarse o desaparecer, con esa idea vive un emprendedor, cualquiera que sea el sector al cual dedica su vida. Para todo ello, la actitud es muy importante, estas son las características de todo emprendedor:

1. Encuentra la diferencia, el camino diferente. El emprendedor necesita ese punto de locura esencial, necesario para que le genere una dosis extra de valentía, de coraje para empezar el proyecto, de energía para transformar una idea en acción y mantenerla en el tiempo. No es la corriente del agua lo que le arrastra, sino que nada eligiendo el camino. Sabe que sólo los peces muertos son arrastrados por la corriente.

2. Es realista. Porque serlo no es otra cosa que vivir con “su realidad”, porque observa la realidad desde otro lado, de una forma desacostumbrada, y porque sabe diferenciar lo que es potencialmente realizable -aunque sea difícil- de lo que es alucinantemente irrealizable.

3. No confunde capacidad creativa con genialidad. No será un genio, pero puede con esfuerzo mantenido, disciplina y voluntad sacar adelante su proyecto. Esta capacidad creativa le permite no confundir lo imposible con lo difícil. Cuando es imposible buscará nuevos caminos posibles; cuando es difícil no cederá en el empeño y buscará las energías que le lleven a su objetivo.

4. Es humilde. Sabe que en el camino hay que seguir aprendiendo, escuchando, evaluando, cambiando si es necesario, adaptándose. Huye del dogmatismo, del miedo tóxico y de la complacencia. Sabe que vive en la era de la colaboración, donde el verbo compartir es básico para subsistir. Está abierto a nuevas tecnologías y a nuevas maneras de hacer.

5. Tiene capacidad resiliente. Ha entendido el sufrimiento como algo con lo que le tocará convivir. No abandona en el presente, se enfrenta a las dificultades que le llegan sin apartar la mirada del futuro que espera. Sabe que la verdadera paradoja creativa pasa por convertir las adversidades en fuerzas, en motores de éxito.

6. Se nutre de múltiples culturas. Escucha empáticamente y explora sin cesar. El analogismo es algo que vive en su mente de forma imperceptible. Es curioso. Se enriquece con casi todo. Cambia su interior crítico por un desarrollo interno creativo.

7. Le apasiona lo que hace. Ha entendido su vocación desde el amor. Sabe que la ilusión se genera desde el entusiasmo y que le llevará a crear metas y conseguirlas.

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