Desde distintos sectores políticos, económicos, sociales… se habla de emprender y del autoempleo para salir de la crisis, por lo menos, en lo que al desempleo se refiere. Pero crear una empresa no debe hacerse a ciegas. Antes de nada, hay que seguir una serie de pasos para emprender con éxito.
Lo principal es tener la idea de negocio muy clara y hacer una descripción detallada de esa iniciativa empresarial, pensando ya en su sector de actividad, el producto o servicio que se va a proporcionar, la ubicación, los objetivos, el nombre de la empresa…
Y una vez se tiene, lo más aconsejable es analizar bien su mercado para conocer con detalle las posibilidades que se tiene, de manera que hay que prestar especial atención a los clientes potenciales y sus características, las competencia que se va a tener, el valor añadido o la diferenciación que va a tener el producto o servicio en relación al mercado, entre otros aspectos, aparte de tener que elaborar un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades).
Igualmente importante es hacer un análisis de la situación personal que se tiene para conocer el punto de partida y ver qué recursos ya están disponibles o las posibles carencias que pueda haber en ámbitos, como por ejemplo la formación, para poder paliarlos antes de poner la idea en marcha.
No hay que olvidarse de atender a las infraestructuras que se precisan para constatar si se tienen en propiedad o hay que alquilar, los recursos humanos disponibles, necesidades de plantilla o personal, máquinas o equipamiento de oficina, entre otros aspectos, que permitirán conocer ya previamente los costes que se van a tener con el negocio para contrastarlos con los precios del bien del producto o servicio e ir viendo si el negocio va a ser rentable.
Siguiendo con la viabilidad de la empresa, fundamental es elaborar un plan económico y financiero del negocio para saber el dinero que se necesita, cómo va a conseguirse, cuándo se podrán tener beneficios o las posibles pérdidas.
También hay que desarrollar un plan de marketing con la definición de las acciones que se van a utilizar para la introducción del producto o servicio en el mercado. Y, finalmente, se debe decidir la forma jurídica de la empresa, lo que hay que pensar muy bien porque cada forma conlleva unas obligaciones fiscales y requiere un capital inicial determinado. Una vez dados todos estos pasos, si los planes y análisis son favorables, ya se puede empezar a poner en marcha.