En el ámbito laboral surgen diferentes miedos y temores que lejos de potenciar la capacidad de un trabajador, lo limitan. El miedo a la pérdida de poder es uno de los menos conocidos, y sin embargo, es una realidad. Especialmente, claro está en aquellos jefes que tienen autoridad sobre los empleados, se han acostumbrado a mandar, son líderes de un equipo de trabajo… El miedo a la pérdida de poder es real, sin embargo, es importante tomar conciencia porque existe un momento de la vida en el que se pierde de una forma definitiva: la jubilación. En ese momento, el teléfono deja de sonar con tanta frecuencia y las relaciones también cambian.
Por otro lado, el miedo a la pérdida de poder también surge en aquellos empresarios que temen que su negocio cierre las puertas. A nivel anímico, es positivo comprender e identificar este temor. Después, es importante actuar en consecuencia, es decir, actuar a pesar de él, vivir el día a día y no pensar en qué pasará dentro de unos años.
Además, tampoco debes reducir tu valor al plano laboral, disfruta de las relaciones personales en el tiempo de ocio. Siéntete bien tratando a las personas en una relación de igualdad. Son muchas las relaciones que se establecen en el ámbito laboral desde el temor, sin embargo, para ser uno mismo es necesario tener libertad de acción. La mayor libertad es aquella que te dar ser tú mismo.
Sin duda, la pérdida de poder también aporta una gran experiencia de aprendizaje a aquellos que hacen frente a este proceso en algún momento de la vida. Y es que, aprenden a relacionarse de una manera diferente en el ámbito laboral dentro de un grupo. Cuanto más asciende una persona en su empresa, más miedo puede tener de perder el poder.