Existe una clara relación entre el pensamiento positivo y el espíritu emprendedor: recuerda que cada persona crea su propia realidad y dicha realidad, se crea en un primer momento a través de las ideas, de esas visualizaciones de futuro que todos tenemos. Por tanto, el pensamiento influye de una forma tan directa en la acción, que por esta razón, las personas positivas tienen más facilidad para ser emprendedoras, simplemente, porque el optimismo no viene solo sino que lo hace acompañado de confianza, autoestima, fuerza, seguridad en uno mismo, motivación y ganas. ¿Por qué los pensamientos positivos generan un espíritu emprendedor muy fuerte?
El primer lugar, los pensamientos positivos invitan al movimiento. Todo lo contrario a los pensamientos negativos que pueden volverse catastrofistas en más de un momento. Por tanto, ante el miedo que surge, la mente se paraliza y toma una distancia. Los pensamientos positivos pueden determinar el éxito en la vida de una persona, sin embargo, pocas personas asumen que en realidad, este modo de pensar también se cultiva y se practica.
El pensamiento positivo es la base del espíritu de cambio tan necesario en cualquier emprendedor. Está claro que un emprendedor se enfrenta a cambios constantes en su rutina como consecuencia del exceso de responsabilidades. Pero además, los pensamientos positivos generan tanto bienestar en su momento inicial por su sola existencia que esta es una de las razones por las que invitan a la acción. Cuando una persona se siente bien en el plano teórico de solo pensar en una idea, también se anima con más facilidad a reforzar esas ideas con acciones porque cree que el bienestar será mucho mayor cuando logre plasmar ese proyecto en la realidad. La vida no es aquello que tú imaginas de ella, sino aquello que eres capaz de hacer con ella.