Existen distintos modelos de negocio que dan lugar a nuevos proyectos que presentan su propuesta de valor ante la sociedad. Uno de los procesos que puede darse en este contexto es el spin off empresarial.
¿En qué consiste esta forma de emprendimiento?
Desde el punto de vista de este enfoque, una nueva idea nace en el seno de una entidad consolidada y con experiencia. Sin embargo, cuando con el paso del tiempo esa nueva propuesta se afianza y produce resultados positivos, adquiere una entidad propia.
Es decir, en la etapa inicial de este proceso, existe una vinculación entre el proyecto original y una nueva iniciativa. Pero el lazo entre ambos cambia cuando dicho emprendimiento se afianza y adquiere entidad por sí mismo. El paso del tiempo resulta esencial para que el negocio reciente cuente con los medios y recursos esenciales para desarrollarse de forma autónoma. Hasta entonces, mantendrá una relación de filiación con el principal.
¿Cuáles son las ventajas del spin off empresarial?
Un contexto original que está acompañado por innovación, saber hacer, especialización, recursos, objetivos cumplidos, estrategia y herramientas prácticas. Todos estos ingredientes también pueden fortalecer a la nueva idea. Es decir, las características de un escenario consolidado impulsan esta innovación en la etapa inicial.
En la historia corporativa de un negocio de estas características existen puntos temporales determinantes. En el inicio, se produce una vinculación con el contexto. Sin embargo, este estado original no es una situación invariable. Es importante que el proyecto llegue a ser totalmente independiente. Entre ambos puntos de la línea del tiempo, existe un periodo de transición.
En cualquier tipo de emprendimiento es importante tener una visión a largo plazo, sin embargo, en este tipo de experiencia el futuro es todavía más determinante. Conviene tener presente la evolución potencial de un proyecto que llegará a generar beneficios más a largo plazo.