El precio es un factor que influye directamente en las decisiones de compra. De hecho, el consumidor consciente descarta una opción que excede su presupuesto. Sin embargo, existen diferentes maneras de incrementar el coste de un artículo. En ocasiones, es posible comprobar el incremento por medio de la información que consta en la etiqueta. Sin embargo, existe otro fenómeno que está experimentando una gran proyección en la actualidad: la reduflación.
En ese caso, aunque el precio parece ser el mismo, la cantidad que está presente en el envase se ha reducido. Por ello, también se produce una variación en la relación entre coste y cantidad.
Un incremento de precio que, en ocasiones, pasa desapercibido
En ese caso, toda la información del producto si aparece detallada en el envase. A pesar de ello, el consumidor no suele poner tanta atención en el peso. Por ello, el incremento de precio, cuando se presenta de este modo, pasa más desapercibido.
Esta circunstancia eleva de forma significativa el gasto en la cesta de la compra. Por este motivo, la práctica de un consumo responsable se alinea con la búsqueda de información. Y el consumidor responsable no solo se fija en el precio, sino en todos los aspectos que describen la oferta.
La percepción del incremento de precio adquiere una perspectiva distinta
Conviene puntualizar que es un proceso que se aplica en productos y servicios. Cada negocio adopta diferentes estrategias para destacar su oferta, mantener los beneficios y competir con los competidores directos.
El significado del término reduflación queda perfectamente sintetizado en la fusión de las siguientes palabras: reducción e inflación. Es una estrategia que, en sí misma, es legal (si en el producto se indica cuál es el peso exacto del nuevo formato). Aunque los clientes la valoran negativamente porque es poco transparente. En ocasiones, el incremento de precio pasa desapercibido en un primer momento.