El emprendimiento a través de la colaboración con una franquicia une a diferentes profesionales que están vinculados al nombre de una marca. Sin embargo, el nivel de confianza que una propuesta de negocio inspira a los nuevos perfiles depende de distintos aspectos. La unidad piloto de una franquicia se convierte en un referente del proyecto. Es un punto de venta que está alineado con la visión, la filosofía y la misión de la firma.
Probar el modelo de negocio antes de que inviertan otros franquiciados
Y, por otra parte, se presenta como un modelo rentable. Es decir, el éxito de una unidad piloto pone de manifiesto la existencia de un público objetivo interesado en la oferta. Antes de que otros franquiciados se impliquen en el emprendimiento, la unidad piloto se convierte en una demostración del éxito potencial de las iniciativas llevadas a cabo en torno a la marca. Conviene señalar que la unidad pertenece al franquiciador. Es un espacio que, además, cumple otra función importante. Es un lugar de formación para los nuevos franquiciados que descubren las claves de la iniciativa.
El trabajo realizado en la unidad piloto permite identificar aciertos, oportunidades y fortalezas del proyecto. Además, ofrece la experiencia necesaria para reconocer errores, límites y dificultades. Antes de que otras personas inviertan sus recursos en una franquicia, la unidad piloto representa un ejemplo del modelo de negocio y de las condiciones en las que debe llevarse a cabo. De este modo, el franquiciado descubre las bases de esa propuesta comercial.
Los datos objetivos inspiran confianza a los franquiciados
El franquiciador tiene la posibilidad de evaluar el modelo de negocio en más de un punto especializado. En ese caso, puede acreditar con datos objetivos si el proyecto tiene opciones de ser rentable en caso de recrearse en otros lugares con las mismas condiciones.