En más de una ocasión habrás oído hablar de ellas, aunque lo más probable es que hayas escuchado el término «startup«, que es el que se utiliza para nombrar a aquellas empresas emergentes que empiezan desde cero y pueden llegar a crecer de forma exponencial.
Hay nuevos ejemplos de empresas que sorprenden al mundo. Startups como Stripe, SpaceX o Epic Games están en boca de todos a pesar de no tener una trayectoria tan longeva como otras compañías con un músculo económico similar forjado a base de esfuerzo durante décadas.
Negocios innovadores
Las empresas emergentes normalmente son aquellas que logran destacar gracias a un negocio innovador, huyendo por completo de lo que solemos entender por una empresa tradicional. Esto es algo que se nota especialmente a nivel de operativa, ya que se buscan grupos de trabajo muy dinámicos que sean capaces de afrontar el reto que plantea un mercado tan cambiante como el actual, más aún cuando se trata de una startup que ofrece un producto o servicio novedoso.
Crecimiento
Una de las mayores características de las empresas emergentes es la que tiene que ver con su crecimiento. Crecen a gran velocidad y eso no afecta al servicio que ofrecen, ya que la calidad se mantiene y cada vez hay más recursos con los que mejorar el proyecto.
Financiación
A diferencia de lo que suele ocurrir con la mayoría de empresas, que acuden al banco en busca de financiación para poder llevar a cabo su actividad empresarial, en el caso de las startups se suele apostar por métodos de financiación como el crowdfunding o los business angels, que son inversores con mucho dinero que deciden apostar por empresas en las que consideran que hay un gran potencial de crecimiento.
¿En qué se diferencian?
Las startups no solo son distintas por los aspectos que acabamos de mencionar, sino que también destacan por su tolerancia al fracaso. Nacen con pocos recursos y sus creadores son conscientes de que la línea que separa el éxito del fracaso es muy fina. Por ello, podríamos decir que la innovación está al orden del día y no hay miedo a fracasar, lo que suele dar pie a que surjan empresas que ofrecen productos y servicios nunca antes vistos.
También hay que hablar de la eficiencia que suele caracterizar a las empresas emergentes. No hay intermediarios que entorpezcan el día a día y la agilidad de una serie de operaciones que deben resolverse con rapidez. Por ello, y porque la relación con los clientes suele ser muy directa, estas empresas brillan por ofrecer un servicio de atención a los consumidores muy apreciado. De hecho, las opiniones es algo que les preocupa mucho y que tratan de cuidar al máximo, y en sus manos está mantener unos resultados excelentes a pesar de que el crecimiento les puede llevar a perder parte del grado de interacción que suele ser habitual en las primeras fases de un negocio en las que todo está más controlado.