Existen distintos tipos de emprendimiento que influyen de forma directa en la creación de un negocio. Algunos negocios tienen la particularidad de ser escalables. Es decir, son proyectos que, desde un punto de vista potencial, presentan una elevada capacidad de crecimiento. Y, en consecuencia, también generan más beneficios cuando aumentan los resultados. Esta es una expectativa positiva de la escalabilidad que, por otra parte, no requiere de una nueva reinversión para hacer llegar la idea de negocio hasta un nuevo público.
Capacidad de crecimiento y aumento de beneficios
Todos los negocios tienen la capacidad de crecer y evolucionar si disponen de los recursos necesarios para ello. De este modo, actualizan su estructura para ofrecer una atención de la máxima calidad cuando crece la oferta. Pero no todos los emprendedores disponen de la inversión deseada para llevar a cabo este proceso. Pues bien, existen algunas ideas de negocio que, por su propia naturaleza, no requieren de un alto nivel de inversión para crecer.
Y, por tanto, no tienen que renunciar al deseo de obtener más ingresos. La base de la empresa cuenta con la fortaleza suficiente para atender a más clientes. A la lista de preguntas que un emprendedor se hace a sí mismo cuando quiere impulsar su idea, conviene añadir esta: ¿Dicho proyecto es escalable a nivel potencial y en qué porcentaje ofrece esta capacidad de crecimiento?
Negocios dinámicos que se adaptan a los cambios
Existe un ejemplo de idea de negocio que posee esta característica: las aplicaciones móviles. La estructura de esta herramienta no cambia de forma significativa cuando crece el número de usuarios. Como hemos explicado previamente, los negocios escalables evolucionan a partir de su idea original de forma dinámica. Es decir, son un ejemplo de adaptación y anticipación ante el cambio que se produce en un contexto dinámico.