Las relaciones interpersonales también tienen peso en la vida laboral de un trabajador. De hecho, tener contactos de trabajo es esencial para poder tener un punto de apoyo a nivel emocional, para poder aprender de los demás, compartir dudas y también, posibles proyectos. Sin embargo, en el mundo de la empresa, también existen relaciones que están motivadas por el interés.
Es decir, puede haber personas que se relacionan con otras porque les reportan algún tipo de beneficio. Desde un punto de vista ético, puede que esto no sea del todo correcto en tanto que una persona nunca tiene carácter de medio sino que es fin en si mismo. Sin embargo, en el mundo de los negocios, los intereses juegan un papel determinante y de una forma lógica.
Las relaciones de interés se ven muy claras en una situación en concreto. Por ejemplo, cuando una persona que ocupó un puesto importante en una empresa descubre que su vida social también cambia por completo después de un despido laboral o con la llegada de la jubilación. En ese momento, la persona pasa de tener a mucha gente alrededor, a sentir de cerca la soledad.
Los teléfonos ya no suenan tanto y la sensación de importancia personal también decae. Esta es una de las razones por las que hay que estar preparado para vivir en la vida diferentes etapas desde un punto de vista laboral. Y también, para saber diferenciar entre un trato profesional y una amistad verdadera.
Más allá de las relaciones de interés que a veces, se producen en el mundo de la empresa, es fundamental actuar desde la ética para dar valor al ser humano que está por delante del trabajador. Por otra parte, lo adecuado también es tener un comportamiento ético que sea acorde a los valores de la persona.