La rutina es perfecta cuando aprendes a mirarla en positivo dentro del plano laboral. Y si no, imagina la inseguridad que sentías al llegar nuevo a una empresa, no saber cómo se hacían las cosas, ni conocer al resto de compañeros. La rutina aporta seguridad y por tanto, también es una fuente de talento en tanto que está basada en la experiencia.
Sin embargo, aquellas personas que tienen el síndrome del trabajador quemado, o problemas de motivación tienen grandes dificultades para encontrar algo positivo y novedoso en la rutina de la oficina. Pues bien, ha llegado el momento de cambiar de actitud para mejorar también como profesional. Para ello, siéntete afortunado por tener un trabajo incluso aunque sea algo que no tenga nada que ver con tu carrera. Por otra parte, deja de lado la queja y la protesta para pasar a la acción, es decir, para tomar la iniciativa. Si no te gusta tu trabajo, entonces, sencillamente, lo que debes hacer es elaborar un plan de búsqueda de empleo eficaz.
Además, también puedes potenciar la ilusión de la rutina laboral en detalles tan pequeños como cuidar un poco más tu imagen y tu aspecto físico. No esperes a que sea sábado para estrenar la ropa que te gusta porque puedes hacerlo un lunes y reforzar tu autoestima.
Por otro lado, intenta mejorar y fortalecer los vínculos interpersonales con tus compañeros de trabajo. Toma la iniciativa en la conversación, muestra interés por sus cosas, felicítales por sus logros y deja que te ayuden cuando lo necesites porque no es un signo de debilidad sino de compañerismo y de inteligencia emocional.
Céntrate en las actividades que estás haciendo en cada momento sin pensar tanto en el después. De este modo, cuando te concentras de verdad en algo aumenta la motivación y la ilusión.