El emprendimiento comienza con una fase de preparación. Y el estudio puede estar muy integrado en la etapa previa. Muchos emprendedores tienen una titulación universitaria. Pero hay otros itinerarios que pueden abrirte puertas en el ámbito de los negocios si quieres liderar un proyecto de éxito. La Formación Profesional goza de una excelente proyección actualmente. ¿Qué beneficios aporta a quienes desean poner en marcha una iniciativa propia?
1. Perfecta conexión entre teoría y práctica
La Formación Profesional utiliza un enfoque muy práctico en su metodología y en la forma de abordar los contenidos. La aplicación de los conocimientos teóricos, el desarrollo de habilidades y el dominio de un oficio proporcionan una visión completa de un sector. Un sector que enmarca oportunidades de negocio y emprendimiento para emprendedores jóvenes.
2. Periodo de prácticas en una empresa: conocimiento sobre el mundo laboral
El periodo de formación que completa el alumno que estudia un ciclo de Formación Profesional, también se enriquece con un tiempo de prácticas en una empresa. Durante esas semanas, el alumno tiene la posibilidad de conocer mejor la rutina de un puesto de empleo que integra competencias, habilidades y tareas muy concretas. Antes de ser emprendedor y convertirte en tu propio jefe, puedes contar con la referencia previa de otras experiencias laborales. Un periodo de prácticas puede ser decisivo para aprender a trabajar en equipo.
3. Alto nivel de empleabilidad en el mercado laboral: una excelente opción para tener un plan B
Siempre es recomendable que un emprendedor cuente con una alternativa que va más allá de su idea de negocio. Es decir, un plan B aporta una mayor tranquilidad ante el futuro. El profesional visualiza un horizonte que le permite adaptarse a diferentes situaciones. La Formación Profesional ofrece un alto nivel de empleabilidad. En consecuencia, aporta una preparación clave para buscar trabajo contando con un buen nivel de adaptación al cambio.
Quizá el negocio tenga un breve periodo de vida y cierre sus puertas ante la falta de beneficios. En ese caso, el emprendedor tiene una formación práctica que incrementa su resiliencia en su carrera profesional.
4. Formación de calidad y en constante evolución
La Formación Profesional ofrece una excelente preparación desde el punto de vista técnico. Su metodología se caracteriza por la innovación y el enfoque práctico. Un ciclo de FP crea una buena base para emprender contando con un adecuado nivel de especialización. Pero el emprendedor tiene la posibilidad de seguir realizando otros cursos especializados para complementar su currículum.
5. Un itinerario más breve que finaliza antes que una carrera universitaria
La formación es muy positiva para emprender un negocio. Por ello, un alumno puede elegir un camino que le permite adquirir las habilidades y recursos que desea desarrollar como emprendedor. Muchas personas deciden completar su proceso de aprendizaje en el entorno universitario. Pues bien, la Formación Profesional ofrece una ventaja añadida que se convierte en un beneficio para la gestión del tiempo: es un programa que tiene una menor duración.
6. Marca personal como emprendedor: diferencia tu currículum con un título de FP
Con frecuencia, la mirada del emprendimiento parece poner el foco, principalmente, en el propio proyecto. Es decir, la idea adquiere un gran protagonismo en el plan de acción. Sin embargo, el emprendedor puede profundizar en sí mismo, en su preparación y en sus habilidades a través de la introspección. La Formación Profesional influye positivamente en el fortalecimiento de la marca personal de un perfil que quiere impulsar un proyecto.
La Formación Profesional, que ofrece un alto nivel de empleabilidad actualmente, también crea una buena base para emprender un negocio con éxito. Es una alternativa a valorar por personas jóvenes, pero también por profesionales de más de 40 años que quieren reinventarse.