El verano es una etapa más del calendario que la empresa completa a lo largo del año. Sin embargo, plantea diferentes retos y dificultades que analizamos en este artículo en Empresariados.
1. Encontrar personal especializado para cubrir algunos puestos
La dificultad para encontrar personal especializado se percibe con más claridad en algunos sectores como la hostelería. Pese a que este periodo del año aporta un mayor dinamismo en la vida social y el sector turístico, algunos negocios no consiguen cubrir todos los puestos ante las dificultades para encontrar perfiles preparados y cualificados.
2. Planificar las vacaciones de los empleados
El verano es un periodo muy esperado por los propios trabajadores que, tras tantos meses de esfuerzo y dedicación, visualizan la cercanía de los días de descanso y desconexión. Sin embargo, en este contexto surge la dificultad de alinear la planificación final con las expectativas y preferencias de los profesionales que componen el proyecto.
Cuando la empresa sigue con su actividad durante las vacaciones, esta debe alcanzar los objetivos que se ha marcado en este periodo del año. Por ello, aunque el departamento de recursos humanos cuida de los profesionales, también es importante atender las propias necesidades de la entidad en relación con los plazos de tiempo, la productividad, la rentabilidad y el beneficio.
3. Medidas de conciliación en verano
Las circunstancias de muchos profesionales cambian durante el verano. La conciliación de la vida profesional y personal adquiere nuevos matices durante este periodo del año para aquellos trabajadores que tienen responsabilidades familiares. Las medidas de conciliación no solo son positivas en julio y agosto, pero algunas entidades implementan acciones concretas durante dicho periodo temporal. Por ejemplo, algunas entidades actualizan su horario hasta septiembre.
4. Cambian los hábitos de compra y la rutina de muchas personas
El verano crea un nuevo escenario que ofrece la posibilidad de encontrar nuevas oportunidades. Sin embargo, la estación se caracteriza por una particularidad: cambian los hábitos cotidianos y la rutina de muchos clientes habituales que disfrutan de una etapa en otro lugar durante el periodo estival, hacen un reajuste en su presupuesto o toman decisiones que se alinean con nuevas expectativas. Es importante que una entidad cuide de los trabajadores durante el periodo estival. Pero también es recomendable que esté cerca de los clientes habituales y del público potencial.
5. Tendencia a posponer decisiones y proyectos hasta septiembre
Julio y agosto marcan un punto de inflexión relevante en muchos sectores. En algunos de ellos se produce un incremento en las ventas y en el nivel de actividad. En otros casos, por el contrario, el verano llega a percibirse como un tiempo de pausa.
En este último caso, es habitual visualizar el mes de septiembre como el momento oportuno para emprender nuevos procesos. Sin embargo, cuando aplazar acciones y decisiones se convierte en costumbre, surge una dificultad importante en relación con la gestión del tiempo. Por ejemplo, el verano es un buen periodo del año para organizar eventos corporativos.
6. Dificultades para motivar a los empleados durante el verano
La motivación interna de un empleado no depende completamente de las acciones que la empresa lleva a cabo para alimentar el compromiso de los trabajadores durante el verano. Sin embargo, este periodo plantea una complejidad añadida para muchos trabajadores que no se concentran con la misma sencillez que en otras etapas del año. En ese caso, la entidad puede implementar diferentes propuestas para elevar el salario emocional. Como cada profesional es diferente, puede ocurrir que una solución no produzca el mismo resultado en todos los casos.
Cada empresa afronta sus propios retos y oportunidades en verano. Por ello, es importante planificar los objetivos que se integran en este periodo del año.