Seis factores que limitan la iniciativa emprendedora

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Emprender requiere de iniciativa personal sostenida a largo plazo. Sin embargo, existen factores del entorno, pero también internos, que limitan la toma de decisiones en la creación de nuevos negocios. En Empresariados compartimos varios aspectos recurrentes.

1. Conciencia del riesgo

Montar un negocio, y que este se convierta en un éxito, no es una secuencia que se produce a modo de causa y efecto. Actualmente, existe una elevada conciencia del riesgo económico, pero también personal, que asume quien se compromete con una propuesta que no aporta resultados positivos. La observación de aquellos locales que cierran sus puertas a pie de calle actúa como un recuerdo del posible fracaso.

2. Circunstancias personales poco favorables

Las circunstancias personales del emprendedor no son determinantes, puesto que pueden cambiar. Es decir, un profesional que desarrolla una jornada de empleo en una entidad, tiene la posibilidad de diseñar su estrategia de emprendimiento a largo plazo.

Pero la realidad individual sí forma parte del contexto en el que se enmarcan las decisiones más relevantes a medio y corto plazo. Las circunstancias personales pueden resultar poco favorables por múltiples motivos diferentes. Por ejemplo, quizá la persona tenga la necesidad de centrarse en otras responsabilidades. La dificultad para acceder a recursos para emprender es otra situación habitual.

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3. Falta de apoyo por parte del entorno

Existen emprendedores que muestran un alto nivel de compromiso con su idea: inician un camino que no siempre cuenta con el respaldo de familiares y amigos cercanos. Sin embargo, los comentarios de otras personas sí pueden generar una influencia (tanto desde un punto de vista positivo como desde un ángulo negativo).

En relación con esta última cuestión, es habitual que quien desea dejar un puesto de trabajo fijo para abrir su negocio, escuche mensajes de alarma en su entorno más cercano. Como hemos mencionado, la elevada percepción del riesgo que es inherente al emprendimiento, especialmente cuando se trata de un proyecto que requiere de una inversión elevada, invita a la búsqueda de la seguridad. Y el riesgo no solo puede ser percibido por el profesional, sino también por sus seres queridos.

4. El impacto del edadismo a partir de los 50 años

Una decisión profesional también puede posponerse o no materializarse como consecuencia de una visión limitante en torno a la edad. En la actualidad, las personas que superan los 50 años pueden experimentar el efecto negativo que produce un trato que refleja diferentes formas de edadismo. Es decir, que transmite estereotipos y prejuicios en torno a las capacidades, el talento y las opciones personales.

Las creencias negativas en torno a la edad no solo pueden impactar por medio de algunas opiniones ajenas. En ocasiones, el propio profesional ha interiorizado creencias limitantes que condicionan su verdadera realidad.

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5. Cambio constante y necesidad de adaptación

El cambio es constante en las empresas, también en el mundo laboral y en la sociedad. Del mismo modo, afecta al plano personal y profesional del posible emprendedor. Tomar decisiones sobre emprendimiento en un contexto que está en constante transformación no es una tarea fácil.

Por este motivo, es frecuente que pase el tiempo sin que la decisión de dar ese primer paso se concrete de un modo definitivo en la realidad. En otros casos, la idea no se consolida porque la atención se dirige a otras exigencias y desafíos que presenta el corto plazo.

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6. El miedo (en diferentes formas y grados)

El temor ante el error y el fracaso son frecuentes en este contexto. Conducen hacia la anticipación de una realidad que no ha ocurrido todavía. Sin embargo, pueden determinar la iniciativa presente. El miedo a emprender en soledad es otro límite habitual en la actualidad.

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