Seis miedos que limitan el crecimiento de un negocio

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La perspectiva del crecimiento está muy presente en muchos emprendedores. De hecho, la transformación del proyecto puede potenciar la motivación personal ante los retos que se producen en el marco del emprendimiento. Sin embargo, aquellas decisiones que se alinean con la expansión del negocio, suponen una importante responsabilidad. En consecuencia, a veces, surge el miedo. Miedos que, desde diferentes ángulos, tienden a limitar el verdadero potencial de un emprendimiento.

1. Miedo a delegar: cuando el emprendedor no confía plenamente en el equipo

Cuando un negocio crece, también aumenta el ritmo de la actividad y el volumen de trabajo. Por ello, es imposible gestionar con la máxima excelencia todas las tareas en solitario. Sin embargo, algunas personas experimentan un bloqueo importante cuando valoran la posibilidad de delegar más en uno o varios empleados. Así sucede cuando el profesional cree que los trabajadores no abordarán el proceso con el mismo nivel de atención al detalle.

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2. Miedo al éxito y a la responsabilidad que plantea

Es habitual creer que el verdadero límite a la mentalidad de crecimiento en el emprendedor surge del miedo al fracaso. Sin embargo, la idea del éxito y de aquello que representa también puede desbordar a quien boicotea la evolución del proyecto como consecuencia de creencias limitantes o negativas.

3. Miedo a afrontar procesos complejos y desconocidos

La capacidad de crecimiento de un negocio se encuentra fuera de su zona de confort. Más allá de los límites del área de seguridad que ha conquistado hasta el presente, puede descubrir su potencial por medio de objetivos alcanzables. Sin embargo, el apego que produce la rutina conocida alimenta un temor habitual: el miedo a iniciar procesos complicados que parecen más complejos cuando el emprendedor no ha dado todavía el primer paso. Es decir, la dimensión de un obstáculo parece más grande para quien imagina una situación difícil. La visión cambia cuando planifica un proceso con metas específicas a corto, medio y largo plazo. En este apartado se integra, por ejemplo, el miedo a internacionalizar un negocio.

4. Miedo a las deudas

La decisión de emprender un negocio puede estar vinculada con el deseo de alcanzar una estabilidad económica. Pues bien, algunos de los temores que limitan el potencial de crecimiento en un negocio se alinean con creencias limitantes en torno al dinero. Y es que, para que un proyecto evolucione, es preciso invertir e impulsar algunas mejoras que se ajustan a un presupuesto viable. Sin embargo, el miedo a las deudas es frecuente en el emprendimiento, especialmente, en un escenario incierto.

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5. Miedo a liderar un equipo

Cuando un negocio crece, también surgen nuevas necesidades en el equipo de trabajo. Este se amplía con la incorporación de otros perfiles cualificados. Como responsable del proyecto, el emprendedor puede sentir el vértigo que le produce la expectativa de liderar de forma consciente al grupo. Aunque el trabajo en equipo ofrece distintas ventajas y beneficios, también genera otras dificultades. Por ejemplo, surgen conflictos que conviene atender para evitar que se cronifiquen y empeoren con el tiempo.

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6. Miedo a perder los objetivos alcanzados hasta el momento

El crecimiento del negocio no garantiza que el éxito previo aumente de forma significativa. De hecho, el horizonte del proyecto puede alejarse de la expectativa inicial. Tal vez el proceso no sea tan prometedor como el emprendedor había imaginado. Pues bien, con frecuencia surge un temor recurrente en este escenario: el miedo a perder los objetivos alcanzados hasta ese instante tras tantas horas de trabajo y esfuerzo.

El miedo es una de las emociones que puede surgir ante el reto de liderar el crecimiento de un negocio. Lo realmente importante es que el temor no sea un freno definitivo.

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