La búsqueda de financiación es clave para emprpender un negocio, por ello, un inversor puede ser un aliado clave para dar forma a ese proyecto. ¿Cuáles son los errores más frecuentes al elegir un inversor?
No justificar la cuantía de la inversión
El dinero logrado por medio de la inversión tiene una finalidad específica cuyos gastos deben justificarse de manera objetiva para mostrar la solidez del proyecto desde su fase inicial.
Errores de actitud
Este negocio es importante para ti y las fortalezas del mismo también tienen que ver con tu constancia y perseverancia. Sin embargo, es muy probable que esta propuesta sea mejorable al superar carencias que pueden ser identificadas por medio de críticas que tienen un fin constructivo. Sin embargo, si el emprendedor se cierra a cualquier posible valoración, no aprovecha el potencial de esas ideas. Es decir, este es un fallo de actitud que daña la marca personal del profesional que emprende con iniciativa.
El ego no es el único comportamiento que puede boicotear el acuerdo con un inversor. Por ejemplo, también es un error frecuente tomar el turno de palabra sin dejar espacio al interlocutor. Es un error buscar un inversor pensando que este apoyo externo puede tener solo un carácter económico cuando esa persona también puede ofrecerte la retroalimentación de su visión, sus ideas y su experiencia.
Idealismo
La presentación del proyecto a un posible inversor debe estar respaldada por el valor de datos objetivos que quedan desdibujados desde la idealidad del exceso de expectativas. Es positivo que realices este trabajo previo para demostrar que conoces el proyecto en su dimensión real no solo en su parte teórica, sino también en su viabilidad práctica. Y, además, este conocimiento es interno y externo al profundizar en el contexto mismo en el que se sitúa el proyecto.