La tecnología influye en la automatización de procesos que se desarrollan por medio del soporte de esta infraestructura. La visión de los efectos y los posibles inconvenientes que plantea esta realidad refleja conclusiones en forma de paradojas. En Empresariados enumeramos tres puntos.
Distinta realidad para los negocios
Para algunas industrias, la automatización ofrece la oportunidad de incrementar la producción, mejorando la competitividad y acelerando los tiempos. Sin embargo, existen sectores en los que el valor artesanal marca la diferencia en la elaboración de un producto que está viviendo un tiempo de riesgo ante la posibilidad de desaparecer. Existen productos que vistos desde la perspectiva de la automatización pierden su ser creativo.
¿El ser humano controla la tecnología o es controlado por ella?
En un momento en el que los recursos avanzan a un ritmo tan inmediato, existe una cuestión filosófica que también refleja la paradoja en torno a si el ser humano emplea los medios en relación con el fin o, a veces, está desbordado por lo tecnológico. En muchos casos, la relación que el ser humano establece con la técnica se rige por la ley de la dependencia que conduce a una forma de determinismo.
La importancia de lo humano
El proceso de automatización no solo motiva la renovación de distintos sectores del mercado, sino que también presenta un nuevo perfil profesional que se reinventa a sí mismo por medio de la preparación para el desempeño de tareas asociadas a este contexto. Aunque ante este desarrollo de la técnica puede parecer que el ser humano queda eclipsado por la máquina, lo humano sigue siendo muy importante. Sin embargo, esta nueva realidad tecnológica puede suponer una barrera que dificulte el acceso al empleo a quienes se sienten vulnerables por los límites que experimentan para lograr un puesto de trabajo por la falta de especialización.
Por tanto, la automatización es el presente que conduce a un futuro lleno de paradojas.