Septiembre no es un mes más en el calendario laboral. Desde el punto de vista psicológico, marca el poder del nuevo comienzo. Es decir, la nueva etapa profesional. Y es precisamente en el inicio de una nueva etapa cuando conviene hacer cambios importantes. Uno de ellos puede ser entrar a formar parte de un espacio coworking. Por tanto, este contexto temporal es especialmente efectivo para iniciar un nuevo ciclo con nuevos hábitos profesionales. ¿Cuáles son las ventajas de buscar este punto de inflexión?
Coaching financiero
Para que un negocio sea rentable debes tener un buen control de los movimientos de salida y entrada. El coworking es una inversión que reduce los gastos en el disfrute de un espacio profesional, por esta razón, te permite disfrutar de mejores ingresos mes a mes. Una forma de economía colaborativa más actual y acorde con la mentalidad presente.
Adiós a la soledad
En muchos casos, emprendedores que forman parte de un coworking son autónomos que pueden realizar esas tareas desde casa o desde una oficina propia. Sin embargo, la decisión del coworking no solo está motivada por el plano económico, sino también, por el lado emocional. Es decir, muchos emprendedores están cansados de afrontar la frustración de la soledad laboral que pesa todavía más en momentos de derrota o dificultad.
Marca personal
Desde el punto de vista profesional, formar parte de un espacio coworking profesional te permite mejorar tu imagen al tener un lugar que proyecta valores con los que tú te identificas. Además, el sector del coworking se ha convertido en un negocio en sí mismo, por esta razón, si buscas un despacho de estas características, puedes elegir aquel que mejor se ajuste a tus necesidades presentes ya que cada espacio tiene unas características propias.
Septiembre es un mes de puesta a punto y de toma de decisiones importantes.