A rasgos generales, existen dos tipos de emprendedores. Existe el caso de personas que se adentran en la aventura del emprendimiento un tanto forzadas por las circunstancias externas. Así sucede cada vez con más frecuencia en el mercado laboral actual puesto que ante la imposibilidad de acceder a un empleo existen muchas personas que se establecen como autónomas para liderar un negocio. Siempre que alguien hace algo más por una motivación externa que por un deseo intrínseco tiene más dificultades para llevarlo a cabo.
Sin embargo, en esencia no es ninguna limitación a la hora de poder tener suerte en los negocios. De hecho, después de haber vivido el drama del desempleo o de un despido laboral, una persona puede estar mucho más concienciada a la hora de luchar en su etapa emprendedora para evitar que se repita una historia similar.
También existe otro tipo de emprendedor. Por ejemplo, el perfil de una persona creativa y arriesgada que prácticamente desde su juventud ha soñado con poder crear un negocio y ser su propio jefe. En realidad, se trata del deseo de hacer un sueño realidad dentro del ámbito laboral. El emprendedor vocacional es aquel que está convencido de lo que quiere y de lo que hace, por ello, también camina con mucha seguridad hacia su meta. Y a su vez, esta alta autoestima hace que sean más fáciles de sobrellevar los momentos de dificultad a nivel emocional.
Existe un tercer tipo de emprendedor y es el eterno soñador. Una persona que tiene grandes ideas, sin embargo, esas ideas no siempre se concretan en la realidad de la forma adecuada, tiene una visión poco realista de sus posibilidades y de sus ideas. Está claro que detrás de todo emprendedor, hay un soñador, sin embargo, para tener éxito, tiene que haber mucho más que un sueño.
QUE LOS EMPRESARIO SON LOS QUE LLWEVAN AL EXITO
NO SON LOS QUE SUBREN DE LA ECONOMIA
LOS QUE QUIERE SUFREN COMO PUDEN