Existen distintos tipos de turismo. Mientras que durante el verano, el turismo vacacional aumenta su intensidad, por el contrario, durante todo el año, y en paralelo al ámbito del trabajo y la formación, cobra significado el turismo de negocios. Este sector genera empleo e inversiones.
Viajes de negocios
Los viajes de negocios que son competencia habitual en algunos puestos de trabajo son un claro ejemplo del gasto asociado a un viaje de estas características por medio de los gastos de desplazamiento, alojamiento y demás consumiciones en el lugar de destino.
Celebración de congresos o reuniones
El turismo de negocios también está asociado con otro tipo de eventos, por ejemplo, la celebración de un congreso. De este modo, la ciudad en la que se celebra dicho congreso se llena de vida durante esos días a partir de esta actividad de conocimiento que genera una afluencia de visitas. De hecho, en todo congreso existe una agenda de actividades destinada a poner en valor lugares de interés para aquellos participantes que deseen disfrutar de esos puntos de la geografía.
Viajes de incentivos
En este contexto también se sitúan los viajes de incentivos, es decir, viajes que son una gratificación por parte de la empresa hacia los trabajadores. Se trata de una fórmula de motivación externa para potenciar el talento de los trabajadores.
El turismo de negocios muestra cómo, más allá de cuál haya sido la motivación inicial que ha llevado a una persona a un destino, incluso aunque se trate de una motivación profesional, realiza acciones de turismo que se convierten en un beneficio económico para ese lugar. El turismo de negocios es especialmente importante para muchas ciudades que durante el invierno no reciben tantas visitas de turistas de ocio, sin embargo, gracias a una agenda cultural activa, el lugar se convierte en escenario habitual de congresos.