Las empresas no solo ponen el punto de atención en el talento observable a través del currículum como representación visual de los datos más relevantes de la historia académica y profesional. Existen habilidades personales que se convierten en un importante catálogo de oportunidades para las empresas que contratan. ¿Cuáles son esas habilidades?
Compromiso
Los resultados de un profesional en su labor diaria evolucionan en excelencia a partir de esta implicación real con el proyecto. Un empleado comprometido es aquel que se visualiza a sí misma como parte de este negocio más allá del presente.
Motivación interna
Por mucha motivación externa que reciba un trabajador por parte de la empresa de la que forma parte, este reconocimiento no puede cubrir las carencias de un empleado que no tiene ningún tipo de motivación intrínseca. Por esta razón, las empresas valoran a aquellos empleados que tienen esta actitud positiva hacia el trabajo.
Motivación trascendente
Es el punto de vista de aquel profesional que observa su labor diaria, su constancia y su trabajo como parte de una realidad no individualista. A través de esta filosofía, siente que el trabajo es un medio que repercute de manera constructiva en la propia sociedad. A su vez, esta motivación también se basa en valores humanistas como la empatía, el compañerismo, la amistad, la colaboración y el diálogo.
Mentalidad de crecimiento
A través de esta actitud, la persona no adopta una posición lineal ante la realidad sino que busca el modo de aprender y evolucionar.
Gestión de la marca personal
Las empresas valoran de forma muy positiva a aquellos candidatos que cuidan su marca personal a través de la actualización de un blog personal o una página web en la que describen sus servicios. Algo lógico en un momento en el que el candidato tiene tantos recursos disponibles para cuidar su carta de presentación.