La elección de una idea de negocio muestra un proceso de profundización en torno a la realidad misma. ¿Cómo elegir una idea? Puedes encontrar tus propias respuestas en torno a estas preguntas.
¿Qué valor diferencial puedes aportar a tu idea de negocio?
Partir de una idea viable es una medida fundamental. Pero también puedes poner en relación la propia esencia de este concepto con tu propia historia para que puedas completar con tu formación, trayectoria y valores esa misión.
¿Qué aporta tu idea de negocio a la sociedad?
Vas a invertir en un nicho de mercado en el que existe competencia. Si el público objetivo ya puede encontrar aquello que busca en otros catálogos, ¿cuál es la propuesta de valor de este nuevo lanzamiento?
¿Cómo darás forma a tu idea de negocio?
No solo puedes fijarte en la naturaleza misma del planteamiento inicial, sino también en la estructura necesaria para dar soporte a ese proyecto. Por ejemplo, una idea puede formar parte de un plan de acción de un negocio familiar o, por el contrario, ser el punto de partida de un negocio online.
¿Qué fortalezas presentarías de esta idea ante un posible inversor?
La búsqueda de financiación es necesaria para poner en marcha el negocio. Por medio de este ejercicio de visualización, puedes describir cuáles son los puntos fuertes de este proyecto, así como adelantarte a los posibles obstáculos.
¿Tu idea de negocio es viable?
Más allá del propio deseo de emprender, profundiza en torno a si este deseo es también la base de una realidad porque la idea original puede ponerse en práctica en el mercado actual.
¿Y qué otras ideas no presentes en este artículo te gustaría hacerte a ti mismo en este momento de búsqueda?