Cada empresa establece un camino que se ajusta a una misión, un propósito, una filosofía o unos valores. Cada actividad se integra en un sector concreto. Pues bien, aunque existen numerosas entidades diferentes, hay un aspecto que conviene cuidar en todas ellas: la estrategia de diferenciación. Ese factor que potencia aquello que hace que una entidad sea realmente distinta a las demás. En definitiva, la diferenciación se alinea con la esencia del proyecto. En Empresariados proponemos cinco buenas razones para crear un plan efectivo.
1. Comunicar los valores a los clientes (frecuentes y potenciales)
Para que la interacción que la empresa establece con el público sea verdaderamente eficaz, los clientes potenciales deben entender aquello que esta desea transmitir de sí misma. Y la estrategia de diferenciación influye en esa cuestión. La auténtica diferenciación es aquella que se percibe como tal desde el punto de vista externo. Es decir, clientes, profesionales y proveedores reconocen ese factor que destaca ante otros competidores.
2. Transmitir un mensaje diferente al de la competencia
La diferenciación adquiere una visibilidad que resulta especialmente nítida cuando una empresa realiza su actividad en un sector que enmarca un elevado nivel de competencia. Cada entidad invierte recursos y medios para conectar con los potenciales compradores y ser visible ante el público. En ese caso, los clientes pueden encontrar algunos aspectos en común en aquellas empresas que ofrecen productos y servicios similares. Pero también pueden percibir cuál es el factor diferencial que está presente en cada propuesta corporativa.
3. Confianza: clave para conectar con clientes, profesionales, inversores y proveedores
Reflexiona sobre qué aspectos crees que influyen en las decisiones que toma una persona cuando compra un producto en un punto de venta específico. Su experiencia particular está condicionada por diferentes variables. Pero es probable que la confianza sea un factor decisivo desde su perspectiva. Es decir, el cliente final decide apostar por la calidad que caracteriza la atención recibida en aquel proyecto que transmite su mejor versión por medio de una diferenciación clara.
La confianza que una empresa transmite no solo influye positivamente en el vínculo con los clientes. También mejora la relación con los proveedores y con los profesionales. Es decir, en relación con esta última cuestión, conviene señalar que es un medio para atraer el talento. Una empresa tiene diferentes oportunidades para fortalecer la confianza con aquellas personas con las que establece un lazo duradero. Sin embargo, la estrategia de diferenciación es especialmente efectiva en la primera impresión.
4. Alcanzar los objetivos de marketing a lo largo del año
La estrategia de diferenciación de una empresa se pone en relación con otros aspectos de la compañía. El marketing está directamente vinculado con dicha cuestión. Y la planificación da forma a campañas creativas y efectivas que se alinean con un propósito. Durante este proceso, es esencial tener en cuenta qué es aquello que diferencia al proyecto para realzar la visibilidad de esas características.
5. Profundizar en el conocimiento de la empresa
Es importante que empresarios, emprendedores y autónomos se conozcan a sí mismos. Es decir, el autoconocimiento forma parte de la vida laboral y del desarrollo profesional. Del mismo modo, es fundamental que el responsable dedique tiempo a profundizar en la realidad del proyecto para conocerlo tal y como es y, de este modo, impulsarlo hacia su máximo potencial. Este conocimiento de la entidad es determinante para poner nombre a sus características, fortalezas, desafíos, oportunidades…
Es esencial establecer una estrategia de diferenciación en una empresa grande o pequeña. Y, sin embargo, no es fácil transmitir un mensaje que, de manera objetiva, se diferencie de forma notable ante otras iniciativas. Por ello, el equipo creativo de la entidad puede trabajar con detenimiento en esta cuestión.