Los pequeños negocios poseen grandes fortalezas que mejoran la experiencia de compra por medio de un asesoramiento personalizado. Sin embargo, existen algunos errores que también interfieren en las ventas del año. En Empresariados compartimos varios ejemplos de situaciones que se producen en el ámbito comercial.
1. Un catálogo poco variado
La oferta disponible en cualquier establecimiento está limitada a la realidad del lugar. Sin embargo, cuando las alternativas se reducen de forma significativa, las ventas también experimentan una caída. Los clientes no tienen la posibilidad de establecer una comparación entre varios artículos antes de adquirir un producto.
2. Un escaparate estático
El escaparate es una de las zonas más relevantes a nivel comercial en un establecimiento. Queda integrado en la fachada. Por ello, las personas que pasean por el entorno pueden detener su paso para descubrir su presentación. Sin embargo, si su estética experimenta pocos cambios a lo largo del año, el negocio desaprovecha las opciones que ofrece un canal tan importante para conectar con el público.
Así lo muestran aquellos negocios que destacan por la atractiva presentación de sus escaparates en Navidad, rebajas, San Valentín, primavera o verano.
3. Un trato impersonal
En la teoría, el trato personalizado es un valor que identifica la experiencia de compra en una tienda de barrio. Sin embargo, la vivencia práctica puede alejarse de este ideal. El cliente que decide comprar en el comercio de proximidad sí busca esta atención cercana. Por ello, visita un local que puede proporcionarle un servicio que cubre sus expectativas.
Sin embargo, cuando la expectativa inicial se rompe, surge el desencanto, la decepción y la valoración negativa de un punto de venta. Pues bien, es un error que repercute de forma inmediata en las ventas. En ocasiones, es un fallo que está causado por la falta de actualización en la formación y en el descubrimiento de nuevas estrategias.
4. Estancamiento
Los valores esenciales del pequeño comercio permanecen más allá de la transformación digital. Es decir, son muy valorados por el público y también inspiran a emprendedores que quieren montar un proyecto en el entorno de proximidad. Pero la realidad de este tipo de emprendimiento sí evoluciona y se adapta a nuevas tendencias.
El ejemplo de tantos proyectos pequeños, que posicionan su oferta en la actualidad, así lo muestra. En el otro lado de la balanza se encuentra la historia de aquellas tiendas que empiezan a quedarse estancadas y transmiten una imagen poco actualizada. Aunque el cambio no sea sencillo, es un error permanecer en el plano de las excusas. Es esencial buscar soluciones y potenciar la iniciativa.
5. Ausencia de objetivos perfectamente clarificados
La realidad de muchos pequeños negocios se contextualiza en el marco de aquellos retos y dificultades que se presentan cada mes. Por ejemplo, el tiempo de una estación influye de forma significativa en las ventas o, por el contrario, en la falta de interés que parecen despertar las prendas de la temporada.
El corto plazo suele tener un alto nivel de complejidad en proyectos exigentes que están gestionados por un equipo pequeño. Pero los objetivos son esenciales porque forman parte de una adecuada planificación.
6. Quedar a la espera de que nuevos clientes descubran el local
Incluso cuando un negocio dispone de un buen catálogo y un excelente servicio, necesita invertir en marketing. Y este no solo debe desarrollarse de manera online u offline. Es importante combinar ambas tendencias para llegar al público objetivo.
Las recomendaciones de los clientes habituales influyen positivamente en la conexión con potenciales compradores. Pero un pequeño negocio debe implicarse de forma proactiva para estar más cerca de su audiencia. Es muy importante que un emprendedor estudie qué variables limitan los resultados alcanzados.