Algunas decisiones profesionales pueden llegar a ser muy complejas. Tanto que es posible tardar mucho tiempo en dar un paso definitivo. Dejar un trabajo para emprender un negocio puede vivirse como una auténtica encrucijada. Más allá del deseo de llegar a ser emprendedor, dejar atrás un puesto de empleo añade incertidumbre e inseguridad al proceso. Sin embargo, aquellas personas que tomar esta terminación, se fijan en lo que pueden ganar con el cambio. Enumeramos seis motivos frecuentes por los que un empleado decide dejar su trabajo para montar un proyecto propio.
1. Mejorar la calidad de vida
Es una decisión arriesgada que no garantiza el éxito. Sin embargo, quien completa el plan de acción, suele fijarse en cómo puede mejorar su calidad de vida si se convierte en emprendedor. Es decir, tiene la expectativa de obtener una mayor abundancia económica, un salario emocional más elevado o una flexibilidad de horarios.
2. Cumplir un propósito y aprovechar el tiempo
Emprender un negocio es un propósito importante. Y, a veces, es necesario dejar un trabajo para cumplir con una misión tan relevante. Mientras que es posible posponer el paso definitivo durante años, muchas personas deciden invertir el tiempo presente en un proyecto propio (porque son conscientes del valor que tiene el ahora para conseguir un reto profesional). Es decir, la persona prefiere dedicar todo su tiempo a la planificación de su próxima iniciativa.
3. Avanzar en la carrera profesional
Quien se despide de un puesto de empleo para dar la bienvenida a una nueva etapa, lo hace desde una situación concreta. A veces, el profesional ha experimentado un notable desgaste personal que ha interferido negativamente en su creatividad, motivación interna, compromiso, bienestar o ilusión. Y, en ese caso, aunque la decisión se presente como muy arriesgada, por las consecuencias que pueden derivarse a largo plazo, puede ser clave para avanzar a nivel interno. Avanzar no solo implica lograr nuevos objetivos, sino también, fortalecer la autoestima, recuperar energía y fomentar el autocuidado.
4. Motivación centrada en el cumplimiento de un nuevo reto
No existe un único tipo de motivación en la carrera profesional. Por ejemplo, una persona que se prepara para una oposición, valora la estabilidad que un puesto puede brindarle a largo plazo. Sin embargo, la visión de quien deja atrás un trabajo para montar un negocio es diferente. Es un proceso que conecta con su deseo de lograr nuevos retos y salir de la zona de confort (más allá del vértigo que esa experiencia produce).
5. Liderar un proyecto propio y tu carrera profesional
Si emprendes un negocio, vas a tener la oportunidad de aplicar algunas de las lecciones que has aprendido en tu puesto de empleo. También vas a adquirir otras habilidades nuevas. Por ejemplo, tienes la posibilidad de posicionarte como un líder positivo para el equipo. Aunque la influencia del liderazgo consciente repercute directamente en tu carrera profesional. Así sucede cuando das pasos que se alinean con tu expectativas de futuro y tu felicidad en el trabajo.
6. Abrir nuevas puertas para saber qué hay al otro lado
Muchos profesionales valoran en algún instante la posibilidad de dejar su trabajo para emprender un negocio propio. Con frecuencia, esa alternativa no se materializa en un proceso concreto y real. Es decir, es una idea que queda en el plano de las expectativas de futuro y los sueños. Pues bien, si quieres conectar con el ámbito de las certezas, y saber qué puede ocurrir realmente si lideras el proyecto que tienes en mente, toma la iniciativa de intentarlo. Y, tarde o temprano, es muy posible que sea necesario dejar el trabajo para dedicar todo el tiempo al negocio.